Perdidamente

Capítulo 11

Dos días después

Narra Danilo:

Estaba re enojado con el wachin ese, Hernán era un pelotudo y lo que más me daba bronca era saber por él tuve que sufrir y ver sufrir a mucha gente

Estábamos en mí casa, para ser más exactos en la habitación del Sebastián

—Que hace' uru? -me preguntó Carlos-

—Banca un toque -le dije mientras seguía buscando en el cajón de la mesita de luz de mí hermano-

Estaba buscando un arma

—Acá está -dije sacando el fierro del cajón-

—Vos estás loco Danilo?!

Yo lo mire guardandome el arma en el pantalón

—Que vas a hacer con eso? -me preguntó-

—Me voy a vengar de Hernán

—No te metas en quilombos boludo

—Él empezó ¿Quien lo mando a meterse con la tina?

Carlos me miró en silencio

—Mira, 'cuchame -le dije acercándome a él- Me enteré que hoy juega acá en plaza con los pajeros de sus amigo'

Él me escuchaba atento

—Uruguyo...

—Que?

—No se si es buena idea, el Jorge se va a enojar después y te va a hacer la vida imposible

—Me chupa un huevo

Él me siguió y salimos de mí casa

Narra Agostina:

Todavia no lo podía creer... ¡HABIA ESTADO EN COMA!

fue re loco pero ahora tengo que seguir viviendo esta vida de mierda, na, 'ta re piola vivir

Estábamos con Mariela en mí habitación

—Te re extrañe amiga -me dijo ella-

—Ya me lo dijiste marr

—Y bueno es verdad

Yo la abracé

(Toc toc)

—¡Pasa! -dije-

Entro mí mamá con Anabella

—Mari, te podrías ir a tu casa? -le pidió mí mamá-

Mar me miró, me dio un beso en el cachete y se fue

—¿Que pasó? -pregunte sentándome en la cama-

—Anabella y yo te tenemos que contar algo... -dijo mí mamá para en frente mío-

Yo las mire confundida

—Haceme un lugar -dijo Ana sentandose al lado mío-

Todas nos quedamos calladas

—Bueno a ver, por dónde empiezo -dijo Anabella agarrándome la mano-

—¿Estas enamorada de mí? -le pregunté-

—¡Que! Nooo -dijo ella-

Mí mamá se rió

—Bueno dale piba, deja que te cuente

Yo me quedé callada y la mire a los ojos

—Vos y yo somos... Hermanas -me dijo-

El silencio no tardó en llenar el lugar