Oh, el babea

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Remus Lupin.

Corrí hacia el castillo, regañándome mentalmente ya que estaba llegando tarde a una reunión acerca de Quidditch.

Sí. Aunque no lo crean, yo se de Quidditch, que no lo juegue es diferente.

Al llegar al dormitorio de Gryffindor, encontré a Marilyn caminando de un lado a otro, mientras que tenía a Canuto, Colagusano y a Cornamenta sentados a sus pies mientras discutían sobre el juego.

—¡Lo siento, chicos! —exclamé, entrando apresuradamente—. Se me olvidó completamente que teníamos esto.

James levantó la mirada y frunció el ceño.

—No te preocupes, Lunático. Siempre estás perdonado, especialmente si tienes una buena excusa —dijo con enojo intentando disfrazarlo de sarcasmo.

Sirius lanzó una mirada burlona en mi dirección.

—¡Ah, mira quién decidió unirse finalmente! ¿Ya decidiste dejar de fantasear y unirte al mundo real, Lunático?

Rodé los ojos ante el comentario burlón de mi amigo, y mi mirada se posó inevitablemente en Lyn.

¿Les cuento algo?

Marilyn había estado ejercitándose mucho más este último mes... era algo que hacia para despejar su mente.

Y vaya que se notaba.

Llevaba puesto una camisa que le quedaba justa, sin mangas.

¿Cómo diablos podía verse aún mas atractiva?

Su cabello oscuro caía en cascada sobre sus hombros, ligeramente desordenado, y sus ojos brillaban con intensidad. 

Sus piernas, esculpidas por horas de ejercicio, se veían aún más definidas en ese short corto que me estaba volviendo completamente loco

Y su camisa sin mangas... 

Oh, Merlin, cómo me costaba apartar la mirada. 

Se ajustaba perfectamente a su cuerpo, realzando cada curva, cada contorno.

Podía ver la delicada línea de su cintura, la definición de sus brazos, la forma en que sus músculos se tensaban con cada movimiento. 

—¡Remus! —la firme voz de Marilyn me sacó de mis pensamientos, ahora la mirada de todos en el dormitorio está nuevamente sobre mi—. ¡Ni siquiera me estás prestando atención!

—Lo siento, Marilyn, estaba... distraído —dije, sintiendo el peso de su mirada sobre mí. Traté de enfocarme en lo que estaba sucediendo, pero mi mente seguía divagando—. ¿Qué estábamos discutiendo?

Marilyn bufó, claramente frustrada por mi falta de atención, y miró a los otros tres chicos.

—Alguien dígale de que hablamos... —dijo exasperada poniendo una mano en su frente, como si le doliera la cabeza.

—Estábamos hablando de la próxima partida de quidditch y de cómo vamos a aplastar a Ravenclaw —me explico Peter con una sonrisa divertida.

—Pero parece que a ti no te importa mucho —murmuró Marilyn con frustración—. Remus, yo se que no te gusta el Quidditch como nos apasiona a los demás pero... ¡eres un gran estratega!, ¡y lo sabes!

—Lo siento, Lyn... solo pensaba en otras cosas.

Ella pareció irritarse aún más ante mi respuesta.

—¿Qué mierda es más importante que el Quidditch?

Todos los demás miraban expectantes, al parecer les parecía divertida la situación.

Mi querido lobito (Remus Lupin) [Época Merodeadores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora