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Los Cerberos ladraban molestos, estaban hartos de tener que seguir a su presa, ¿Por que corría? El sabía desde el inicio que su vida sería finalizada cuando los perros de Lucifer llegaran a visitarlo. Sin embargo, en medio del bosque solo se podían escuchar los gritos de aquel adulto, corriendo entre la maleza del bosque, esquivando piedras y desniveles. Los sabuesos no eran los únicos en ir detrás de el.

"Lucifer... Discúlpame, hoy no llegaré."

Nueva Orleans, Louisiana

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Nueva Orleans, Louisiana. 1932.

El moreno se levantó de su cama, era un nuevo día y sin duda quería aprovecharlo con los planes que había organizado desde la noche. Al levantarse se cubrió con una bata, se puso sus pantuflas y coloco sus redondos lentes, camino por los abandonados pasillos de su hogar, una casa hermosa en medio del bosque que recordaba todo lo que había vivido. Su hogar de la infancia, era su hogar como adulto.

Luego de pasar al baño, fue a la cocina. Se detuvo en el pasillo principal de la casa para observar su oficina con la puerta abierta, uno de los pocos cuadros del lugar; era una hermosa mujer adulta, era morena y castaña, aún que ya tenía algunas canas. A su lado, estaba el, siendo abrazado por ella, de esa forma tan maternal y cariñosa.

"Mamá... No me mires así, hace mucho deje de ser el orgullo que antes era."

El desayuno fue silencioso y lento, ese día no quería escuchar jazz, el día anterior había puesto mucho en su programa de radio, así que por hoy estaba harto. Al finalizar su desayuno, fue directo a su oficina para entrar en esta ocasión, observando una estantería pequeña en la pared, ahí habían libros hechos por el respecto a su investigación con el mundo sobrenatural y el vudú. Una sonrisa se agrando por esa vacía mirada, tomo uno de los libros y leyó por encima las páginas. Nunca había funcionado, y por ello decidió hacer un último intento antes de deshacerse de esos libros. Dibujo los signos correspondientes, puso velas y miro el cuadro de su madre; con un suspiro pesado lo giro.

"No veas lo que ahora soy, por favor."

Con ese pensamiento en mente leyó en voz alta lo que decía aquel libro; era latín, fácil de leer para aquel que tenía práctica, como el.

—Salve Satards Sale Stands Sale Stars. In nomine dei nostri Luciferi enci Potentus tue mondi de inferno Et son potest Lucifer imperor rex Masima Dud ponticias glorificamuar Et in modus copulum Aderamos te Satan unipote instri mundi. Domunt agimas komu nasarıma. Res Rexmudorum in vita Lucifer Dennis, etiles, nepris Des antri Satana. Prontem minun glorum informa Entus Lachers ampera omnipotens. Salve, Salve, Salve.

Al finalizar de hablar alzó la mirada al techo, a los pocos segundos miro a su alrededor. Una risa amarga salió de su garganta mientras cerraba el libro. Había salido mal, otra vez. Quiso retirarse de ese lugar, ¿Quizás salir afuera a divertirse? No estaría mal.

Remember me [Radioapplee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora