Cinco

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5: Juro ante Dios que pensaba que el niño ya estaba inerte. Cuando lo toqué no sentí su pulso, su respiración, nada. El calor de la radiación empezó a salir de su pecho, y abrió los ojos que se volvieron amarillos. Jadeó y su cuerpo empezó a arder desde dentro como carbón.

#35Por35Donde viven las historias. Descúbrelo ahora