Capítulo 3.

535 103 38
                                    

Gohan tenía en frente suyo una gran cantidad de comida que le abrió rápidamente el apetito.

Miró con una gran sonrisa de agradecimiento a la chica que por alguna razón tenía el rostro rojo.

Gohan tenía que admitir que Juvia era muy tierna y hermosa, jamás había visto una chica así aunque en realidad no se había permitido algo como buscar pareja en su mundo.

Probablemente ella era su primera amiga luego de muchísimo tiempo, quizás podría darse el tiempo de conocerla más.

Se exaltó por sus pensamientos tosiendo falsamente con un tenue rubor confundiendo a la maga que no apartaba su mirada azul de él.

¿Qué diablos pensaba?

-Todo se ve muy rico Juvia -el Son sonrió mientras se disponía a degustar la comida.

Él dio su primer bocado y su quedó paralizado, algo de sudor corrió por su mejilla mirando de reojo a Juvia quien esperaba ansiosa alguna reacción suya.

La cosa era que la comida no sabía en absoluto como su apariencia le decía.

Tragó seco esbozando la mejor sonrisa que pudo.

-E... está muy rico -dijo dando bocado tras bocado rápidamente.

¿Qué importaba si era rico o no? Era comida, alimento que fue preparado para su persona. La misma persona que le salvó se tomó la molestia de cocinarle, no podía rechazar nada de lo que le ofreciera.

Además, ¿cuántos en su mundo darían lo que fuera por tanta cantidad? Sin interesar el sabor de esta.

Una radiante sonrisa se apoderó del rostro de la mujer que se alegró de sobremanera al ver como el azabache pareció gustar de su cocina.

-Gohan-san... -llamó repentinamente con una suave sonrisa.

-¿Qué ocurre? -preguntó con algunos arroces en su mejilla mientras seguía masticando.

-Yo... también tengo que agradecerte -murmuró la muchacha jugando con sus dedos y una mirada baja.

-¿Huh? ¿pero por qué? -preguntó bastante curioso.

-Has librado a Juvia de una maldición que la había perseguido desde niña -comenzó a hablar con tono melancolico tomando completa atención del guerrero- Las nubes negras que siempre causaban lluvia a mi alrededor estuvieron allí desde que tengo memoria, alejando a todos de Juvia -explicó con una triste sonrisa- Pero ayer cuando adoptaste esa forma brillante y dorada, no sé cómo lo hiciste realmente pero... desaparecieron -dijo con una hermosa sonrisa que dejó cautivado al guerrero.

-Vaya... yo en realidad no sé que hice pero me alegra mucho haberte ayudado al menos aunque sea un poco -Gohan se rascó la nuca algo nervioso.

-¡No Gohan-san! Realmente eso que hiciste por Juvia... es algo que nunca olvidará -habló determinada la chica exaltando levemente al Son- Juvia lo promete.

-N...no sé que puedo decirte, digo, me salvaste, yo te debo mucho más -aseguró más serio el azabache recibiendo una negativa de la mujer que lo puso nervioso.

-¡Juvia te ayudará a curarte! -exclamó determinada- Y estará para ti pa...para lo que necesites -murmuró aquello sonrojada.

Gohan parpadeó curioso y finalmente esbozó una pequeña sonrisa.

-Gracias, yo también estaré allí para ti cuando lo necesites -aseguró apretando su puño- Pero primero debo recuperarme correctamente -afirmó serio.

-Así será Gohan-san, en este mundo existe la magia, todo lo que te imaginas puede ser posible -Juvia intentó animar a su nuevo amigo y quizás otra cosa ante lo cual él simplemente asintio.

[J] Lluvia del ocaso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora