𝙀𝙇𝙀𝙑𝙀𝙉

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Era el padre de On-jo, ambos se vieron con felicidad, y ella rápidamente fue a abrazarlo

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Era el padre de On-jo, ambos se vieron con felicidad, y ella rápidamente fue a abrazarlo.

(...)

Sonreí al ver la escena frente a mi, una lágrima resbaló por mi mejilla pero la limpié rápidamente.

—Déjame verte. — Decía su padre mientras la inspeccionaba preocupado.

Todos salimos rápidamente de ahí, Cheong-san fue el último en salir, cerró la puerta a tiempo, ya que los zombis inmediatamente comenzaron a golpear la puerta.

—¿Estás bien? ¿Estás herida? — Preguntaba su padre preocupado.

On-jo quería llorar, sus ojos lagrimeaban y se le cortó la voz. —¿Por qué tardaste tanto? Te esperé mucho.

Su padre sonrió débilmente y giró hacia nosotros. —¿Están bien? — Todos asentimos. —Bien... — Suspiró y lentamente se acercó a Cheong-san. —Cheong-san...

—Señor Nam... — Ambos se acercaron y se abrazaron, era como un segundo hijo para él.

Cuando se separaron nos volvió a hablar. —¿Pueden correr todos?

—Sí... — Woo-jin y Dae-su respondieron por nosotros.

El padre de On-jo asintió y se giró para la montaña detrás de nuestra escuela y nos señaló hacia allá. —Si pasan por las canchas de tenis y la obra en construcción, llegarán a la montaña. Crucen la montaña y llegarán a Yangdong...

Giré la cabeza, escuché algo, eran zombis, se acercaban hacia nosotros. —Señor Nam...

Él giró en mi dirección y pudo divisar a uno de los zombis que se acercaban hacia nosotros. Corrió hacia él y lo tumbó al piso, después agarró su pierna y la rompió. —¡Chicos, corran!

—Mierda... — Dijo en voz alta Mi-jin.

Todos rápidamente empezamos a subir por la colina que daba hacia dónde debíamos ir.

—¡Corran! ¡Rápido! ¡A las canchas de tenis!

Al llegar pudimos divisar una enorme reja verde, Woo-jin abrió rápidamente la puerta de ésta.

—Corran, entren. — El Señor Nam estaba en la puerta esperando a que todos entráramos. Ha-ri apuntó hacia un zombi pero llegó uno por un lado y la tacleó haciendo que cayera al piso.

Rápidamente el Señor Nam fue a ayudarla quitándole a la zombi de encima. —¡Entra! — Pudo cerrar la puerta a tiempo antes de que los zombis entraran. —¡Corran! — Todos nos dirigíamos hacia el otro extremo de la cancha.

—Oye, espera. — Dae-su hizo que todos nos detuvieramos de inmediato al ver la cantidad de zombis que corrían en dirección de la salida hacia donde nosotros nos dirigíamos.

—No podemos salir. No podemos. — Dijo muy preocupado Dae-su.

Woo-jin a su lado estaba muy preocupado. —¿Qué hacemos, Dae-su?

𝐈𝐌𝐏𝐎𝐒𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 | 𝖸𝗈𝗈𝗇 𝖦𝗐𝗂-𝗇𝖺𝗆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora