Mi segunda vida

Capítulo 2

Al igual que todos mis compañeros se sorprendieron de mi gran cambio, me senté con ellos y empezamos a hablar entre nosotros.
El grupo de tres chicas que me acosaban, empezaron a decir que traía el mismo collar que Susana, a lo que les digo:
-Si os fijáis bien, este collar es el original, mientras que el de ella es solo una imitación.

Un compañero dice:
-Sí, es verdad, el de Jenna se ve más lindo y elegante.

Susana me mira con una cara entremezclada de susto y celos, yo solamente sonreía falsamente ante los demás; por fin he podido cambiar los hechos pasados en los que me humillaron por culpa del collar falso que me regaló, ahora que sé cómo acabará todo, solo tengo que cambiar mis desgracias y pasarlo a esos dos mal nacidos.
Me levanté para ir al servicio y seguidamente el grupo de tres chicas fueron también, empezaron a hablar mal a mis espaldas y una de ellas dice:
- ¿Y Jenna?, no estaba en su asiento cuando nos levantamos.

Le dan la espalda al espejo del baño y empiezan a abrir cada una de las puertas del aseo hasta dar con la mía, en la que se sorprenden cuando le doy una patada para abrirla.
Un tanto asustadas, una de ellas dice:
- ¿Lo estabas escuchando todo?, qué astuta, y parecías tonta.

Yo escuchaba a cada una sin decir ni una sola palabra, la líder del grupo me dice:
-¿Por qué no hablas?, ¿tienes miedo porque siempre has sentido celos de Susana?, ¡hasta le quitaste el novio en la secundaria!

Otra de ellas dice:
-Y ahora le intentas quitar a Marcos, ¡qué asco das!

Explicándoles calmadamente que nunca he hecho todo eso, saco mi móvil del bolso y llamo a mi marido diciéndole "cariño" y me responde:
- ¿Cariño?, ¿pasó algo?, ahora no puedo hablar, estoy con mis amigos de camping.

Ellas no dicen nada más al respecto, pero nuevamente la líder de ese grupo salta diciendo:
-Vale, es tu marido. Pero, ¿y lo qué le hiciste a Susana en la secundaria?, le robaste al chico que le gustaba solo porque tienes celos de ella.

Me quedo en silencio y solo las ignoro saliendo con la cabeza en alto del baño, cojo mis cosas y estoy por irme cuando aparece ese chico de la secundaria que tanto dicen que había robado de las manos de mi mejor amiga en aquel entonces.
Se queda parado frente a mí y yo asombrada pregunto:
- ¿Enzo?

Susana se queda tan aterrada que no puede digerir ni su propia saliva ante la situación, una de las tres chicas le pregunta a nuestro compañero:
- ¿Qué haces aquí?, ¿quién te dijo que había reunión de antiguos alumnos?

Él mirándome a mi dice:
-Un hombre me preguntó si te conocía, y me dijo que habría una reunión de antiguos alumnos del colegio, me pareció raro.

La líder de las tres amigas se acerca a nosotros y dirigiéndose a Enzo, pregunta:
- ¿Estuviste saliendo con Susana en la secundaria?

Él aclarando todo, dice:
-No, nunca estuve saliendo con ella. De hecho, me gustaba Jenna pero sólo me rechazó.

Todos escuchamos esas palabras desde el mismísimo Enzo, ahora mi mejor amiga estaba bastante avergonzada y salió corriendo del lugar; a los pocos minutos, mi jefe me estaba llamando para preguntarme si tenía tiempo para ocuparme de un asunto del trabajo junto a él, lo que hizo que me despidiera de mis compañeros y acto seguido salir y tomar un taxi.
Cuando llego al lugar donde el director general me citó para vernos, lo saludo amablemente y entramos a un edificio alto, mientras llegamos a la sala para reunirnos con otros socios de nuestra empresa, le pregunto:
-Señor, ¿por qué tenemos que trabajar un domingo?, ¿no puede aplazar esta reunión a un día laboral?

Mi jefe dice:
-Es una reunión de negocios, aunque no es un día laboral, solamente vamos a conversar con mis socios para una nueva tirada de unas joyas al mercado. Como ves, esta reunión es muy importante, y cómo eres buena en tu puesto de trabajo, he decidido que serías mi acompañante.

Entramos en la sala y allí se encontraban tres personas, el socio de mi jefe y dos becarios.
Yo estuve en silencio toda la conversación, pero el socio de mi jefe maltrataba a sus empleados y eso me hacía enojar bastante; aunque no pude decir nada al respecto, sé que a ese hombre lo van a arrestar en un viaje de negocios por maltratar a su empleado y a una azafata, y de aquello me dio una idea para vengarme de Susana y mi marido.

En el pasado me quitaron mi propia idea de una nueva joya, y ahora puedo cambiarlo todo gracias a esta oportunidad que Dios me ha dado.
Cuando por fin mi jefe se despidió de ese bastardo, me llevó en su coche hasta mi casa, pudimos hablar un poco aunque él evitaba el tema laboral.
Al fin llegué a mi casa, y Susana me estaba llamando; colgué su llamada y le escribí un mensaje diciendo "hablamos mañana"
Ella pensaba que me había enfadado con ella respecto a lo sucedido en la reunión del día anterior, y la verdad es, que no estoy enfadada sino que me he podido dar cuenta de la clase de persona que es realmente; una víbora de doble cara, que envidia todo lo que tengo y por eso actúa con maldad a mis espaldas.

A la mañana siguiente, entro al edificio de mi empresa para trabajar; entrando para sentarme en mi mesa de trabajo, todo el mundo se queda asombrado al verme tan cambiada, mi marido me hace señas para ir a un sitio donde no nos vieran.
Lo ignoro como unas dos veces, pero luego decido hacerle caso y me levanto primero para ir hacia el almacén y unos metros detrás mío mi marido siguiéndome.
Entramos al almacén cerrando la puerta para que nadie nos pudiera ver, él se me queda mirando y parecía que me iba a devorar con su mirada, fríamente le digo:
– ¿Para qué querías que nos viéramos aquí?

Él dice:
– ¿Por qué has cambiado tanto tu aspecto en un día?, estás mucho más guapa que antes, ¿de verdad que eres mi mujer?

Sonrío falsamente y digo:
– ¿Te parezco más atractiva que antes?

Se acerca más a mi estando a tan solo unos centímetros el uno del otro, me empieza a toquetear y acto seguido me besa, lo aparto suavemente de mí... Pero de nuevo me besa, queriendo hacer el sexo en el almacén de la empresa; y la verdad es que yo no quería, pero una mujer abre la puerta y nos pilla diciéndome:
– ¿Estás bien?

Aparto con un empujón a mi marido y digo:
–Sí.

Mi marido sale corriendo y se va a su mesa, yo me quedo pensando en lo que acababa de suceder.
No sé si voy a soportar tanto tiempo el odio que tanto tengo hacia él, sé que debo actuar como si no supiera nada... Pero la realidad es, acabaré muerta en manos de Marcos y quiero evitar a toda costa que eso suceda; alguien tiene que casarse con mi esposo y así podré evitar mi muerte y la traición de una infidelidad, haré que Susana y mi marido acaben juntos.