Quinceañera

Abrir los ojos

Por fin me he dado cuenta de la verdad.

Me has cambiado, sí,

me ha dolido, sí,

pero porfin he logrado entender que no me valorabas,

no eras consciente de mi verdadero valor

y no lograbas apreciarme tal y como era.

Por eso ahora no estoy a tu lado,

si no que está ella,

antes me frustraba y lo entendía como le preferías antes que a mí,

¡yo podía ofrecerte más!

Pero ahora recién comprendo que

si pensaste por un segundo que ella se me asemejaba en algo,

eso significaba que no me conocías de verdad.

Ahora ya no vale la pena romperse la cabeza pensando en qué hice mal.

Si no que deberías replantearte qué hiciste mal para dejarme ir.

Porque estoy segura de que te diste cuenta de lo que valía el segundo después de irme.

Porque tan acostumbrado a mi compañía normalizabas lo que te aportaba,

y cuando se fue viste que no era una normalidad,

solo que tú te habías acostumbrado.

Me sigue doliendo ya no ser la niña de tus ojos,

pero sé que estoy mejor así,

porque de lo contrario seguiría en la jaula donde yo soy el animal del circo.

Actuando a tu placer.

Pero no, ahora solo veo desde fuera como otro animal actúa para ti,

y sigue pensando que ese es el paraíso que tanto ha anhelado.