Quinceañera

La careta

hola, como estas

han pasado ya tres semanas desde que me dejaste de hablar,

y yo sigo aquí, esperando con anhelo que vuelvas a dirigir tu atención en mí.

Quiero preguntarte si te pasa algo conmigo,

pero no me atrevo,

tengo miedo de que de verdad sea yo el problema.

De que yo sea la causante de tu alejamiento,

y que por mi culpa haya destrozado lo que quiera que fuésemos.

Creo que no quiero admitir que tengo miedo de encontrar la verdad,

que soy yo la que siempre estropea todo.

Que el grupo funciona mejor si yo no estoy,

o que nunca encajo en el engranaje que lo mueve todo y siempre acabo por estropearlo.

Pero nunca me había dado tanto miedo como ahora,

porque de verdad me importas, y tengo miedo de perderte

y no volver a recomponerme nunca más.

Si me vas a abandonar, que sepas que tu recuerdo no desaparecerá de mi memoria,

y que la luz que tenía en mí, y que tú avivaste,

nunca volverá a encenderse.

Y solo recordará los tiempos pasados,

de su antiguo esplendor.

Así que antes de que me abandones definitivamente,

me gustaría que pensases, si no en ti, en mi,

o en lo que hace un tiempo sentías.

Porque tengo muy claro que, si te vas,

viviré debajo de una careta, una sonrisa rota,

y no volveré a ser yo.

Nunca más.