Felix es hijo único, fué criado como un príncipe con todos los lujos y comodidades, es caprichoso, egoísta y avaricioso. Luego de que sus padres quedaran en banca rota, Felix, fue mandado a vivir con su primo universitario, Minho que, cómo dato meno...
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Pov Narradora:
— ¡Señora Choo-Hee! — exclamaron ambos al verla.
— ¡Felix! ¡Hyunjin! — la castaña sonrió al verlos. Su doctora le había comentado, como el pecoso la salvó — Gracias por salvarme Felix — la mujer lo tomo de la mano y este solo le brindó una calida y nostálgica sonrisa.
— ¿Cómo se encuentra? — preguntó el pelinegro.
— Mejor, ya estoy para correr una maratón — ríe y ambos chicos sonríen — Gracias a ambos por venir aquí.... Esperen..¿Y Jia? — la mujer se sentó en la camilla preocupada.
— No se preocupe, ella está bien. Mi primo Minho se quedó con Jia, no tiene porque preocuparse.
— Jia está en buenas manos, señora Choo-Hee.
— Oh bueno — se queda más tranquila — Si ustedes lo dicen, confío. ¿Ya me puedo ir?
— En unos minutos más — respondió el pecoso y luego señaló el suero — Debemos esperar a que acabe — ella sonrió y dió un suspiro agotado.
— Estoy preocupada por lo de la adopción — mira la venta — Ellos quieren llevarse a mi bebé — lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.
Felix y Hyunjin se miran. Felix ya comenzó a pensar en la posibilidad de adoptar a Jia, obviamente lo habló con Hyunjin y este aceptó fácilmente. Aunque aún tenían sus dudas.
— Señora...— Hyunjin se sienta al borde de la camilla, tomando las manos de la mujer, haciendo que esta lo mire curiosa — No vamos a permitir que esas personas se lleven a Jia — respondió y Felix solo asintió.
— ¿Quieren decir que...— lágrimas nuevas comenzaron a brotar — Oh por Dios — la mujer apretó fuertemente las manos del pelinegro y luego miró al pecoso. Sabía que él era el más difícil de los dos. Felix solo asintió lentamente, haciendo que finalmente nazca un llanto de la castaña.
Hyunjin la abrazo y Felix se acercó a acariciar su cabeza. Todavía estaba aprendiendo a dar afecto a otros que no sean su amado esposo Hwang Hyunjin.
Minutos después, el sudor al fin terminó y pudieron irse tranquilos. Felix aún sentía pena por Choo-Hee. Él comenzó a apreciarla, no quería que se vaya tan rápido si apenas la estaba conociendo.
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