Hinata llegó a su empresa con su habitual elegancia y determinación, saludando a cada empleado con una sonrisa mientras se dirigía hacia su despacho en la planta ejecutiva. Sin embargo, algo en la actitud de Konan, su leal asistente, llamó la atención de Hinata de inmediato.Mientras Hinata pasaba junto a su escritorio, Konan levantó la vista de su computadora y sus ojos se encontraron con los de Hinata. La expresión en el rostro de Konan era diferente, una mezcla de nerviosismo y ansiedad que no pasó desapercibida para Hinata.
—¿Pasa algo, Konan? —preguntó Hinata con tono preocupado mientras se detenía frente al escritorio de su asistente.
Konan titubeó por un momento antes de responder, su voz temblorosa revelando una lucha interna.
—N-no, nada en absoluto, Hinata —respondió Konan, tratando de ocultar su malestar—. Todo está bien.
Pero Hinata no estaba convencida. Había trabajado lo suficiente con Konan como para reconocer cuando algo la estaba perturbando. Decidió abordar el tema más tarde, cuando tuviera la oportunidad de hablar con ella en privado.
Más tarde en el día, Konan llegó a la oficina de Hinata con una carpeta llena de informes financieros. La tensión en el aire era palpable cuando Hinata tomó los informes y comenzó a revisarlos con atención. Lo que vio la dejó sin aliento.
—¡Maldita sea! —exclamó Hinata, su voz llena de furia mientras hojeaba los informes—. ¡Esto es una puta mierda!
Konan asintió con pesar, sabiendo que había descubierto lo mismo que ella. —Lo siento, Hinata. Parece que hay indicios de que están robando dinero de la empresa.
Hinata apretó los puños con rabia. No podía creer que alguien dentro de su propia empresa estuviera tan dispuesto a traicionar su confianza de esa manera. Pero antes de que pudiera decir algo más, recordó la importante reunión que tenía programada esa tarde.
—Lo dejaremos para después —dijo Hinata con voz tensa, guardando los informes en su escritorio—. Ahora tengo una reunión importante que atender.
La reunión era con representantes de una nueva empresa italiana de automóviles llamada "Luxuria Motors", una marca emergente en el mercado de lujo. Hinata estaba ansiosa por discutir los detalles del posible acuerdo y ver cómo podían beneficiarse ambas partes.
Al entrar en la sala de reuniones, Hinata fue recibida con una cálida bienvenida por parte de los representantes de Luxuria Motors. La conversación fluyó fácilmente mientras discutían los detalles del posible acuerdo y exploraban las oportunidades de colaboración.
—Estoy emocionada por la posibilidad de trabajar juntos —dijo Hinata con una sonrisa, su entusiasmo palpable en cada palabra—. Creo que esta asociación podría ser increíblemente beneficiosa para ambas empresas.
Los representantes de Luxuria Motors asintieron con entusiasmo, expresando su acuerdo con la visión de Hinata. La reunión continuó durante horas, cada vez más animada a medida que discutían los detalles del acuerdo y trazaban planes para el futuro.
Finalmente, la reunión llegó a su fin y Hinata se despidió de los representantes de Luxuria Motors con una sensación de anticipación. Pero apenas salió de la sala de reuniones, su expresión se volvió seria una vez más.
—Konan, necesito que me acompañes a mi despacho. Tenemos mucho de qué hablar —dijo Hinata con voz firme mientras se dirigía hacia su despacho, seguida de cerca por su asistente.
Una vez dentro, Hinata cerró la puerta detrás de ellos y se volvió hacia Konan, con una mirada de determinación en sus ojos.
—Es hora de averiguar quién está detrás de esto, Konan. ¿Tienes alguna idea de quién podría ser? —preguntó Hinata, su tono lleno de seriedad.
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Dos magnates (Naruhina)
FanfictionEn este relato no todo será lo que es en el anime. Hinata Hyuga, 25 años y es una magnate empresaria dueña de Hyuga Autos, una empresa que revende una gran cantidad de autos lujosos tales como: Buggatis, Lamborghini, Ferraris, entre más marcas de lu...