𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘 (𝐆!𝐏)

Capítulo 16.

Freen esta nerviosa, se nota por su agarre en el volante del auto, da pequeños golpecitos con sus dedos cada vez que nos detenemos en un semáforo y mantiene su mirada únicamente en el camino mientras conduce, yo solo me quedo observando su hermoso perfil, de vez en cuando ella gira el rostro y me dirige una sonrisa tímida.

En el momento que ingresamos al estacionamiento subterráneo de un edificio relativamente alto y lujoso, supe que habíamos llegado, mis nervios se disparan en un segundo, no es que tenga que pasar algo entre ella y yo esta noche, pero la sola idea de estar en el nuevo hogar de Freen hace que mi corazón se acelere de sobremanera.

-Este es - al llegar al séptimo piso Freen me señala una de las dos puertas que se encuentran a la vista, se dirige a ella y la abre, se hace a un lado para que yo ingrese, su departamento es hermoso e inmenso, la decoración es sobria y a la vez acogedora, recorro con mi mirada el lugar, predominan los colores blanco y negro, esta todo tan bien distribuido desde el enorme sofá en frente del televisor a la hermosa cocina estilo americano con sus taburetes a juego de color negro.

-Fluffy...-llama Freen al momento de abrir una puerta corredera que al parecer da al balcón.

Al instante aparece un viejo Fluffy que mueve su cola y da pequeños saltos al ver a Freen.

-¡Fluffy!..- me inclino y lo llamo, el con movimientos algo torpes se acerca alegre hacia mi- ¡Dios, sigues igual de juguetón!- le digo abrazándolo y dándole besos a su nariz.

Freen nos ve con una linda sonrisa - se nota que te extrañaba...- murmura, la miro y le sonrio.

-Y yo a él... ¿Cierto, pequeño?-le acaricio su pansa como cuando él era más pequeño.

-Este es mi cuarto puedes... puedes ocupar mi baño, si quieres darte una ducha tal vez...- dice avergonzada ingresando a su cuarto, al momento de ingresar percibo el inconfundible aroma de Freen en el, tiene una cama King con dos mesitas de noche a cada lado, un gran ventanal en el cual se puede ver la hermosa imagen de la ciudad de noche, un sofá color gris y una norme televisión frente a él, tiene estantes repartidos por casi todo lo largo de las paredes, llenos de libros de todos los géneros, pero la gran mayoría es sobre medicina.

-Me encantaría ducharme- le acepto su oferta, Freen se acerca a una puerta corredera que se encuentra en la esquina del cuarto, la abre para sacar algunas prendas, resulta ser un gran armario.

-P-puedes ponerte esto- me extiende uno de sus bóxers y un top deportivo- son nuevos- me aclara con las mejillas sonrojadas.

-Gracias...-se los acepto, mi ropa interior esta arruinada con malteada- ¿El baño? --Le pregunto, ella solo me señala la gran puerta de roble negro que se encuentra al otro extremo del armario, camino hacia ella e ingreso al baño para ducharme.

°°°

-¿Fini?..- busco con la mirada a Freen cuando salgo del baño, me puse la ropa limpia que me dio y una toalla encima alrededor de mi cuerpo, no logro encontrarla en el cuarto, así que me dirijo hacia la cocina y ahí como supuse la encuentro, esta de espaldas a mí y al parecer preparando algo de café- Freen...-llamo su atención, ella se voltea y me mira de arriba abajo.

-Pensé q-que querrías un café...- eleva la taza que tiene en sus manos.

-Si, gracias- se la recibo, le doy un sorbo mientras que Freen no despega su mirada de mi - Con un poco de crema...-le sonrio, Freen aún se acuerda como me gusta el café. Freen permanece algunos segundos solo mirándome, su vista se centra en mis labios, hasta que se aproxima a mi cuerpo lentamente y me acaricia dulcemente una de mis mejillas con su mano, con su pulgar retira un pequeño rastro de crema que había quedado en la comisura de mis labios. Poso mi mano encima de la suya, no dejando que retire su caricia, cierro mis ojos disfrutando de su toque, la calidez y la reacción que provoca con tan solo tocar mi cuerpo me encanta. Luego de unos segundos siento los suaves labios de Freen sobre los míos, solo es un toque y mi corazón se acelera como loco, llevo mis manos a su nuca y la acerco más a mí, haciendo que ese tímido beso se transforme en uno más decidido, esa acción hace que el nudo de mi toalla se deshaga y caiga al suelo, dejándome solo en la ropa interior que ella me pasó.