Bien esta es una historia muy diferente, una donde Harry Potter tiene una vida diferente, tiene un hermano y unos padres que lo esperan en casa, donde el recibe cariño.
Una historia tan fumada que solo podría salir de mis mejores sueños donde todo l...
La familia Black-Prince, vive en número 12 de Grimmauld Place, una familia de magos, formada por dos hombres, uno de ellos era Severus Black de soltero Prince, un hombre alto, delgado y de piel cetrina. Sus ojos, que recuerdan a túneles oscuros, son negros y vacíos, pero aún con el rostro inexpresivo que siempre se caracterizaba en el, se notaba afligido y nervioso, hace unos días se habían llevado a su esposo, quién había sido acusado de un asesinato, el hombre estaba tan estresado, ¿Qué haría ahora? Con un hijo, sin su esposo, con la perdida de sus amigos, al menos para un poco de su alivio, el periódico anunciaba la muerte del mago oscuro, que atemorizaba a todo el mundo mágico, aquel-que-no-debe-ser-nombrado, nada más ni nada menos que Lord Voldemort, a manos de, ni siquiera un niño, si no un pequeño bebé, el niño-que-vivió Harry Potter, el recuerda ese día, cómo si hubiera sido a ayer, cuando vio ya sin vida al que alguna vez considero el amor de su vida, también la muerte de Peter Pettigrew o al menos eso dicen, el no lo cree y también el descubrimiento y arresto de su esposo Sirius Black, a su manera de verlo, no es ni cercana menté cierto, el conoce a su pareja, sabe que el nunca haría algo así, aún con pena en el corazón quiere creer que no fue Pettigrew, el podrá ser un cobarde, pero sabe dónde está su lealtad.
Su pequeño hijo, de apenas un año, casi de la misma edad que el pequeño Potter, el niño de tez pálida, cabello tan negro, ojos color plata y profundos, era su mayor preocupación, el y el pequeño Harry, es de su conocimiento, que el el pequeño Harry terminó en casa de su tía Petunia, hermana de Lily Potter, conoce a esa mujer y no le agrada que ella se haya quedado con el pequeño, no sabe ni siquiera como es que el pequeño Potter se encuentra ahora, si, está bien alimentado, bien vestido y recibiendo el cariño que siempre a merecido, por qué era un pequeño niño al cuál han marcado y ahora tiene que enfrentar cosas que ni siquiera le debería corresponder, no sebe que hacer, a pedido ayuda a Dumbledore, aquél anciano, ayuda para conseguir un juicio para su esposo y la custodia de Potter, pero, para su desgracia, el viejo se a negando, diciendo que no hay nada que pueda hacer, sólo le queda recurrir a aquellos que, por motivos de la vida, dejaron de hablar, recurrir a el único que, tal vez con algo de suerte le pueda ayudar.
Se escuchó un sollozo, su mirada se dirigió a la cuna, dónde su pequeño hijo, se removía y sollozaba, ─Vamos, no es hora de llorar Corvus, tenemos cosas que hacer- suspiro resignado, mientras terminaba de empacar un bolso con cosas para el niño, mientras acomodaba, agarro su varita, con un movimiento y una palabras un chupete apareció y se lo puso al niño, -Vamos Corvus, hay que hacer una visita- y con eso cargo al pequeño niño y lo acomodo en su brazos, se dirigió a la chimenea, donde agarró unos polvos y grito -Malfoy menor-
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Cuando llegó a su destino se sorprendió, todo estaba desordenado y echo trizas, en eso frente a el apareció una creatura pequeña, arrugada y con ojos de canica, era un elfo doméstico.
Entonces se dirigió a el -Señor Price, el amó no le dijo a Tinny que esperaba visitas-
Severus lo miro y con su expresión neutra contestó, -Es una visita de imprevisto, dónde está Lucius?- El elfo tan miedoso y nervioso cómo siempre respondió
