La sala estaba en completo silencio, nadie podía comprender nada, todos se sentían igual de confundidos, pero uno en su mayoría. Tomás, quien faltó al colegio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las lagrímas caían y caían, su rostro era de un color rosado yendo a rojizo, sus ojos ardían y moqueaba demasiado. Mantenía esa carta en sus manos temblorosas trantando de entender porqué su amigo no dejo que él lo ayudara. Podían salir de esa ¿no?
¿No?...
Adaptó una posición fetal, abrazandosé a si mismo, solo quería que todo sea una puta pesadilla, que su amigo nunca hubiese hecho tal atrosidad, que le haya pedido ayuda.
- Iván ¿por qué me dejaste solo? -
Susurró como si le hablara a su amigo.
- Debe ser una pesadilla, no.. no puede ser ¡claro! Es mentira ¿no? -
Tanto tiempo llorando le estaba mareando y poniendo algo.. paranoíco, rapidamente se empezó a pellizcar el cuerpo tratando de convencerse a sí mismo que era todo una simple pesadilla... cada pellizco dolía, dejando en claro que no era una pesadilla.
- No, no, no, no -
Al darse cuenta solo pudo llorar más, hasta desvanecerse en un profundo sueño.