En las tierras frías, donde los pueblos se extendían a grandes ciudades, a las puertas de un monasterio, una monja anciana y un sacerdote de edad un poco menos avanzada observaban confundidos a una joven vestida con el hábito negro que simbolizaba su entrega a la fé, sonreía a las dos personas frente a ella.Los mayores claramente tenían sus dudas, y les costaba entender porqué ella se encontraba ahí tan de repente.
- Algo me dice que mi llegada no estaba prevista...
- Ciertamente no -Dijo la monja mayor aún confundida.
- Que extraño... Debería haber llegado una carta del Obispo avisando mi transferencia al monasterio.
El sacerdote negó con la cabeza, un poco frustrado- Quizás el Archidiácono tuvo algún problema con la carta... ¿Cómo te llamas jovencita?
- Genoveva Vandelieri, soy novicia del convento Mártires en Vida en la región Sur del país, en el pueblo de Granfeler.
- Conozco el convento aunque no me formé allí -Dijo la monja anciana- Y suelen escoger a sus directoras muy minuciosamente, así que este error no es algo que pueda suceder solo porque sí, quizás la carta llegó y pasó desapercibida entre el resto de la correspondencia.
- Bueno, fuese lo que fuese, ya está usted aquí, será mejor que entre.
Y sin más opciones, decidieron dejarla entrar, dándole paso al lugar donde se desarrollaría esta nueva etapa en su vida.
Quizás aceptar su arribo podría significar el comienzo de algo nuevo e importante, a fin de cuentas, todo pasa por una razón.
Ya luego encontrarían la carta.
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Líbranos del mal... Amén
Ficción históricaDios mío, en tí confío. El mal se ha colado entre nosotros... Y me ha dicho que viene a por mí.