Promise || WinRina

003. Do you want us to try it?

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Jimin ya estaba en casa después de aquel reencuentro entre ambas. Aún sentía esa emoción en su pecho. No la dejaba dormir.

Daba mil vueltas por su cama, pensando en Minjeong y la inesperada noticia de su boda. También en Junho. Ah, desgraciado. Aún se debatía si decirle a Minjeong lo que pasó con su prometido en la entrada de su casa.

Golpeó su frente al recordar que ni siquiera le pidió su número. Ugh.

—Mierda —murmuró.

Lo pensó por algunos minutos, llegando a la conclusión que tendría que ir por Minjeong, otra vez.

Como en los viejos tiempos.

Jimin era la que siempre iba a casa de Minjeong para invitarla a jugar un rato. Siempre decía que sí y su madre siempre le daba permiso. Todos querían a Karina.

Se sonrojó y sonrió al recordar lo que pasó en una ocasión cuando estaban en casa de Jimin.

—Tienes muchos labiales, Mimi —Minjeong, ya aburrida, veía el maquillaje que estaba esparcido por toda la alfombra. Habían jugado de todo, que ya no había qué hacer. Ahora Jimin le estaba mostrando la colección de maquillaje que le quitaba a su madre, sin esta darse cuenta.

—Uh-Huh —respondió mientras que acomodaba todo.

Minjeong suspiró.

—Mejor hagamos otra cosa —susurró en el oído de la pequeña Jimin.

—¿Qué cosa? —preguntó con su entrecejo fruncido.

Minjeong se sonrojó, cubriendo su rostro con sus pequeñas manos.

—Un día ví algo raro —confesó. Jimin ladeó su cabeza, pues no estaba entendiendo—, unas personas estaban haciendo lo que mamá y papá hacen con sus bocas, pero eran chicas —la emoción con que contaba aquello era mucha.

—¿En serio? —para ellas, este tema era algo nuevo. Se acomodó para escuchar mejor a Minjeong.

—Sí —sonrió.

—¿Te da curiosidad?

—Sí, bastante —volvió sonreír—. Ví que una de ellas le tomaba la cara a la otra —con ambas manos tomó el rostro de Jimin, justo como había visto que hacían la chica.

La pequeña Karina, se acercó más a ella.

—¿Quieres que lo intentemos? —sonrió.

Minjeong, inmediatamente, se sonrojó viendo a Jimin con cierta ilusión en sus ojos.

—¿S-se puede?

Jimin asintió con una sonrisa.

—¡Bien! —exclamó.

Se acomodaron mejor. Ahora estaban frente a frente.

—Pero tú agarra mi cara —dijo Minjeong.

Jimin, rápidamente colocó ambas manos en las mejillas de la pequeña azabache, justo como le había dicho.

Se miraron fijamente por algunos segundos, hasta que Jimin preguntó.

—¿Ahora qué?

—Bésame —cerró sus ojos y sólo esperó a sentir los labios de su amiga sobre los suyos.

Jimin se acercó, y finalmente le dió un corto beso a Minjeong. Pero esta no parecía satisfecha.

—¿Qué? —preguntó al vez a Minjeong con una mueca.

—Así no es —se cruzó de brazos e hizo un puchero.

Jimin rodó los ojos y soltó el rostro de Minjeong.

—¿Entonces cómo? —ahora ella se cruzó de brazos.

—Así, mira —fue el turno de Minjeong. Tomó el rostro Jimin y le dió otro beso. Este era más largo. Chasqueó la lengua—... No, así tampoco era.

—Hazlo otra vez —cerró sus ojos.

—Bien...

Y así, estuvieron toda la tarde tratando de que Minjeong estuviera satisfecha con aquellos pequeños besos. Y a decir verdad, a Jimin le gustaba.

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¡muchas gracias por leer!