-No gracias Juan.-rechace la comida que me habían dado, ya ni ganas de comer tiene uno pensando en los problemas de todos los días.
Me llamo ____ García, mi madre murió cuando yo era pequeña y aun a mis 16 años no lo puedo superar. Mi padre es una persona muy buena y comprensiva pero sus años y su enfermedad no ayuda mucho con mi crianza.
En este momento estoy sentada en la mesa de mi casa rechazando cada plato que me sirve un amigo de mi papá, no puedo comer sabiendo que a la única persona que tengo en este mundo le quedan pocas horas de vida.-Vamos, tienes que comer algo pequeña.-dijo el castaño sentándose a mi lado.
-No quiero.
-Te enfermaras.-me advirtió.
-¿Que sentido tiene? Mi papá ya no estará y si me enfermo moriré feliz allá arriba y no aquí sola.
-No seas pesimista.-dijo mientras acomodaba un pelo que caía por mi frente-eres hermosa y me da mucha tristeza verte mal.
-No puedo estar bien si mi papá esta al borde de la muerte y no se con quien quedare.
-Con alguien que pueda cuidarte muy bien, eso lo decide asistencia social.
No pudimos seguir hablando ya que la tos incontrolable de mi papá interrumpió la charla.
-Quédate afuera.-me ordeno cerrando la puerta de la habitación de mi papá.
Me senté en el piso a pensar que iba a ser de mi cuando ya no tuviera a mi papá, cuando todo fuera mi peor pesadilla más que mi vida.
-Lo siento mucho.-dijo abrazándome.
-Dime que no murió.-me levante y corrí hacia donde estaba mi papá acostado en su cama.- ¡No papá!-exclame agarrando su mano- Habla, vamos, no te iras, dime que te quedaras y que todo estará bien cuando despierte, si es un sueño.
-No lo es.-dijo Juan sosteniendo mi otra mano.
-¡NO!-grite desbordando lágrimas.
Todo mi mundo se vino abajo al escuchar esas dos palabras "lo siento".
Desperté entre cajas y polvo por todas partes.
-¿Que sucede?-pregunte a un hombre que llevaba una caja.
-Alista tus cosas pequeña.-me dijo sonriendo tiernamente.
Me desespere, ¿alistarme? ¿A dónde me va a llevar?
Me puse un short y una musculosa, unas zapatillas y levante mi cabello.
Salí al pasillo y se llevaban absolutamente todo. ¿Que ocurría aquí?-Ven-me dijo una mujer de pelos oscuros.-Soy Araceli y seré quien te llevara con alguien que cuide de ti.
-No-dije corriendome de su lado-yo me quedare aquí en mi casa.
-Amorcito, debes estar a cargo de un mayor.-me advirtió-solo arma tus valijas.
¡Bien! No le haría a la vieja pero ya ha decidido que a mis 18 años me río de la casa donde estuviera viviendo.
Con dos valijas en mis manos, salí a donde la mujer cargo mis cosas. Anduvimos cerca de 30 minutos y nos detuvimos en un gran salón pintado con gris por el lado de afuera.
-¿Qué es este lugar?-pregunte mientras bajaba ella mis valijas.
-Solo ven conmigo y trae tus cosas.
Perfecto, no solo soy huérfana si no que también estoy con una extraña y me iré a vivir con otros extraños.
Entramos y me hizo subir a una habitación.
-Es ella-le anunció a dos hombres y una mujer que se encontraban allí.
-Hola-salude con gracia y uno de los hombres tomó mi mano y depósito un beso en ella.
-Hola pequeña-me dijo la mujer desde su sillón.
-Hola- saludo sin siquiera mirarme el otro hombre de a lado de la mujer.
-Deja tus cosas aquí.-señaló un rincón y ponte algo de ropa presentable, luego baja.
Se retiraron dejándome completamente sola.
Abrí mi valija y saque un jean y una ramera de encaje negra, unas sandalias y solté mi pelo. No se que pasa aquí, que debo estar "presentable".
Cerré mi valija nuevamente y baje.
Me encontré con mucha gente sentada en sillas blancas de plástico y un hombre al frente hablando.-Oh aquí estas.-dijo Araceli tomándome del brazo.
Me llevo tras una cortina y me dijo que cuando llamaran mi nombre debería salir a donde el hombre me hablaba.
-_______-nombraron finalmente y me levante para ir hacia allí.
Me sentaron en una silla frente a todos y me miraron todos, me sentí bastante invadida.
-100 pesos.-dijo una mujer del fondo.
¿Me están subastando? Oh por dios, pensé que me adoptarían no que me subastarían.
-¿Qué?-dije fuertemente y dos hombres de seguridad se pararon a mis costados.
Ya no tendría algún escape.
-$300-dijo uno mas al costado.
-$350-¿Que tan poco valgo?
-$500.
-$800-nombro una mujer más atrás.
Ya iban por el $1000 y no se cuando acabaría.
-$3000-se levanto un chico de unos 20 años y alzó la mano.
Se quedo todo en silencio.
-¿Nadie mas?-dijo el hombre del frente-VENDIDA.
Ok, ahora si se venia lo peor. La gente comenzó a retirarse y rogaba porque el chico no apareciera.
-¡Hey! Espera-me dijo de mal modo cuando amague a irme de ahí-tu te vienes conmigo.
Solo me hicieron buscar mis valijas y subirme al auto con el hombre.
-Bien-dijo encendiendo el motor.-nos vamos.
Me quede callada todo el camino, no tenía intenciones de hablar con este tipo.
-¿Cómo te llamas?
-________ ¿tú?
-Jos...-dijo sin despegar los ojos del camino.-Jos Canela.