—No, Mari, no te lo quites, es para mami.
Jungkook nunca creyó que iba a pelear con una bebé de dos meses por un disfraz, pero la vida le sorprendía a diario.
Era el día de las madres y tenía dos cachorros que preparar, un dulce y tierno que se dejó vestir con un disfraz de osito adorable y una bebé igual de tierna pero con un carácter especial que odiaba su gorro de flor y no iba a aceptar que su padre la vista con este.
—¿Y si se lo pegamos? —propuso Minjun que al parecer había parado de mirarse en el espejo con su nuevo traje de oso marrón.
Aprovecho la distracción y la adoración que Mari sentía por su hermano para ponerle el gorro sin que lo noté.
—No amor, no podemos pegárselo, ya está, si no se da cuenta no se lo sacará, ¿listo, osito? —pregunto, cargando a la bebé que pronto comenzaría a lloriquear si no le conseguía a su mami.
Mari tenía casi dos meses, llegó al mundo como y cuando quiso, con el par de ojos miel bien abiertos y sus genes listos para ser mostrados al planeta, era igual a Jimin y tenía el carácter de Jungkook, era la cachorra más bonita que había visto en su vida y Jungkook estaba embobado con ella y el papel que tomó en su familia.
Era todo lo contrario a su hermano, mientras que Minjun era más independiente y calmado, la pequeña era Jimin-dependiente y se hacía oír con ese par de pulmones sanitos que tenía.
Así como en ese momento que había comenzado a quejarse al notar que había sido arrancada de su colecho junto a mami e interceptada por un Minjun y un Jungkook que querían mimar a Jimin en su día.
—Creo que Mari tiene hambre, papá —dijo Minjun con ese tonito de niño inteligente que le gustaba poner.
Era adorable y estaba tan grande que un Jungkook orgulloso no se cansaba de descubrir esas nuevas facetas suyas, en especial desde que había comenzado el jardín de infantes y según su maestra era el mejor niño que había tenido.
—Ya se la devolvemos a mamá, ¿eso quieres florecita? ¿quieres a mamá? —pregunto poniendo esa voz vergonzosa que ponía con la bebe, sonriendo al ver cómo se emocionaba al oír hablar de su mami.
Abrió la puerta de la habitación, sonriendo al ver a su omega envuelto cómodamente en sábanas, Jungkook se había preocupado porque duerma un poco más ya que por noche se despertaba a diario a amamantar a Mari y la noche anterior no había sido la excepción. El alfa se despertaba con él e intentaba brindarle toda la comodidad posible, pero quién ponía el cuerpo era su Jimin.
Y por eso iban a celebrarlo ese día, porque Jimin era la mejor mami del mundo para ese par de cachorros en sus brazos.
Ayudo a Minjun a entrar en la caja que habían decorado y puso a Mari en sus brazos, sonriendo al ver como la ajusto con cuidado y ternura. Minjun amaba a su hermanita más que a nada.
Se acercó a Jimin y beso su coronilla, despertándolo suavemente, sonrió al sentirlo suspirar y luego estirarse, parpadeo en dirección a su costado, se sentó de golpe al ver que Mari no estaba, pero se relajó al ver la caja en frente suyo.
—Oh, Kook, ¿Qué hicieron? —dijo con voz ronca y una sonrisa divertida—. ¿Dónde están mis bebitos?
La caja se sacudió con una risita, claramente Minjun no estaba allí y claramente no se reía, no era como si se viera su cabeza.
Jimin levantó la tapa y Minjun gritó su "feliz día mami" sacudiendo las manitos de Mari quien sonreía al por fin ver a su mamá.
—Hola mis amores —exclamó el omega, tomando a la bebé y ayudando a Minjun a salir, beso las caritas de los dos—. Gracias, bebé, ustedes me hacen sentir que estoy en el día de las madres todos los días, los amo mucho.
El alfa sonrió al ver a su familia en ese pequeño abrazo y decidió unirse, besando la frente de su omega.
—Gracias por ser la mejor mamá del mundo para nuestros hijos, eres increíble en todo lo que haces y pones tu corazón en todo, ellos no podrían haber pedido algo mejor —dijo sonriendo a su chico que tenía lagrimitas en sus hermosos ojos.
Odiaba ver a Jimin llorar, pero amaba que fuera tan sensible y cosas así le emocionen al punto de derramar su corazón por los ojos. Era encantador, como una obra de arte romántica que llegaba a tu corazón por los ojos.
—Gracias a ti, Kook, no tendría todo este amor si no fuera por ti —besó sus labios.
Los cuatro se abrazaron por un largo rato, Minjun se recostó en el regazo de Jimin a contarle lo que había soñado, Mari reclamó su desayuno y se metió un pecho en la boca, Jimin los mimaba a ambos mientras Jungkook lo mimaba a él.
Era una mañana más, juntos en la cama con sus cachorros, adorando a Jimin y celebrándolo como si realmente el día de las madres fuera todos los días.
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beach boys 𐙚 kookmin.
RomanceJimin sabía solo dos cosas del papá de su bebé, que se llamaba Jungkook y que era el alfa más caliente que un omega soltero de 21 años podría haberse cruzado en una noche de verano. O dónde el omega de 24 años y su cachorro comienzan de cero en un n...