Reverie | Mikaelson Mate

XI: FETCH

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↳ Por lo que parecía ser la vigésima vez, la kryptoniana se despertó en la misma casa de sus sueños pasados. No es que se estuviera volviendo aburrido, no, en absoluto. Le gustaba estar allí, estar cerca de los Mikaelsons.

"Genial. Estoy aquí... una vez más".

Se levanta de la cama, con los pies tocando el suelo frío. Ella camina por los pasillos, que todavía eran como esperaba, decorados exactamente de la misma manera.

Aurelia baja las escaleras, finalmente viendo a los Mikaelson sentados juntos en la sala de estar, conversando. Pero una vez que entra en la habitación, su atención cae inmediatamente en ella.

"Hola, estoy atrapada aquí, otra vez". Aurelia se encoge de hombros, haciendo sonreír a los originales. Se sienta entre Finn y Rebekah, apoyándose en el hombro de la chica.

"Saben, quienquiera que sea Klaus, es un poco aburrido".

Todos los Mikaelson se ríen de eso, parcialmente de acuerdo.

"No, pero literalmente. ¡Estaba... bailando, y él lo arruinó!" La kryptoniana pone los ojos en blanco. Podría haberlas ignorado, pero su culo gruñón tuvo que apagar la música.

"Suena extremadamente molesto". Kol comenta, todos sus hermanos estaban de acuerdo. En todo caso, todos se llevaban bien cuando se trataba de criticar a Klaus.

"Para ser honesta, el mundo sobrenatural es bastante complicado. Todavía no entiendo nada sobre los dobles. Es realmente una tortura tener que soportar una hora de educación sobre eso". La kryptoniana suspira con su mente vagando.

Todavía no había descubierto por qué soñaba exactamente con esta gente. No es que se estuviera quejando, pero no podría ser una coincidencia, ¿verdad?

"De todos modos... ¿cómo está vuestra vida ahí fuera? ¿Alguna cosa interesante?" Aurelia pregunta, viendo a los Mikaelsons con una mirada incómoda en sus caras. ¿Era algo que ella había dicho? "Uhm, si queréis decirlo, por supuesto".

"No te preocupes, amor". Finn empezó.

¿Qué pasa con estas personas y los apodos?

"Mi vida es... bastante aburrida. En realidad, no hago mucho a diario". Termina. Ja, no hace nada más que tumbarse en ese maldito ataúd.

"¿Rebekah? ¿Kol?"

"Nada más, tampoco". Kol responde por ambos.

Aurelia no sabía exactamente qué decir, no es que necesitaran palabras. Las emociones de todos lo decían todo, y la atmósfera era más que reconfortante. Todo el mundo estaba contento. Todos se sentían cómodos. Todos se sentían en paz.

Las pocas emociones que se rumoreaba que los originales nunca tenían. A lo largo de los siglos, muchas personas habían difundido mentiras sobre ellos. Pero lo más importante es que mucha gente los temía. Nadie se atrevía a enfadarlos, demasiado asustados para enfrentarse a su ira.

Pero en realidad, si les gustas, eran completamente diferentes. Eran respetuosos, cariñosos, protectores... todo lo que necesitarías.

Rebekah observó a sus hermanos y a su pareja, acostados cómodamente, todos con una expresión alegre en sus caras. Esto era lo que ella siempre había anhelado, una familia. Y esta chica, podría ser lo mejor que les haya pasado.

"Sabes..." Aurelia suspira. "Todavía no he descubierto por qué estoy teniendo sueños como estos. Para ser honesta, en este punto, ya ni siquiera se sienten como sueños".