CAPÍTULO 1

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Habían pasado ya un par de semanas desde que mi vida había bajado mil revoluciones. Estaba acostumbrada a tener un ritmo elevado, un ritmo que me había acompañado durante años. Mi trabajo con el ejército en el Medio Oriente, recolectando inteligencia, analizando datos, colaborando con agencias de seguridad internacionales y apoyando investigaciones sobre actividades ilícitas y amenazas terroristas, había sido mi realidad durante tanto tiempo. Recuerdo los días largos y exigentes, las noches sin dormir, los momentos de tensión y adrenalina. Estaba en la parte logística, pero mi trabajo era crucial para la seguridad de muchos. Me había acostumbrado a ese ritmo frenético, a esa sensación de urgencia constante. Pero el tiempo avanzaba y los cambios llegaban. Era inevitable. Mi cuerpo y mi mente comenzaron a pedir un respiro. La fatiga se acumulaba, y la pasión que una vez me impulsaba comenzó a disminuir

Ahora, mi vida era diferente. El ritmo había disminuido, y aunque me costaba adaptarme, sentía un alivio silencioso. Podía respirar, podía pensar, podía vivir sin la presión constante. Miraba hacia atrás y pensaba en todo lo que había hecho. Mil y una cosa, como decía siempre. Había visto y experimentado cosas que la mayoría de las personas no podían imaginar. Y aunque echaba de menos la emoción y el propósito que me había dado mi trabajo, sabía que era hora de un nuevo propósito en mi vida

Durante los últimos años había ejercido como Agente de Operaciones Especiales en el IRT, era un Equipo de Respuesta Internacional (IRT) del FBI. Básicamente, nuestra misión, era resolver crímenes internacionales y rescatar a ciudadanos estadounidenses que se encontraban en peligro en el extranjero. Disfrutaba haciéndolo. Viajábamos mucho y el equipo era increíble. Pero no todo es para siempre y yo tenía claro eso, estaba consciente de que esas cosas sucedían.

La IRT se había disuelto y todo el equipo había sido reasignado a distintas unidades del FBI. Yo me incorporaría a la UAC, Unidad de Análisis Conductual del FBI en Quantico, Virginia. Y estaba conforme con el cambio. Había escuchado sobre el trabajo que hacían los perfiladores. Me agradaba. Ahora formaría parte de aquellos Agentes que buscaban minuciosamente en la mente de los criminales. Además, la misión del IRT era casi similar a la de la UAC , pero en este caso, seguiría viajando mucho pero ya no para ayudar a las fuerzas del orden extranjeras a resolver crímenes internacionales y rescatar a estadounidenses, sino que ahora mi trabajo sería proporcionar información sobre el comportamiento del individuo basado en investigación y apoyo operacional, mediante la aplicación de la experiencia, la investigación y la formación a la complejidad. Me tenía emocionada. Me gustaban los desafíos y consideraba todo este cambio como uno.

-Señorita, su café - interrumpió mis pensamientos el mesero de la cafetería en la que estaba

-Oh, sí. Lo siento. Gracias -sonreí

Tomé mi café y me acerqué a la ventana para admirar la vista. Me encantaba esta zona de la ciudad, era tan diferente a los lugares que había conocido en mi pasado. Hacía algunos meses que había comenzado a vivir aquí, y aún no me cansaba de explorar sus rincones. Mi departamento era cómodo, perfecto para mí. Y lo mejor era que estaba cerca de todo: del trabajo, de la cafetería, de los parques... era como si hubiera encontrado mi propio pequeño refugio en medio de la ciudad

Miré la hora y sentí un ligero sobresalto. Estaba con el tiempo justo, mis pensamientos me habían hecho distraer. Así que tomé el café rápido, pagué y partí rumbo a la UAC. Hoy sería mi primer día en el equipo de Aaron Hotchner, Jefe de Unidad. Estaba nerviosa por conocer al equipo y comenzar a trabajar en el campo

Ya había tenido varias reuniones previas con Aaron, y sabía que era un líder exigente pero justo. Al entrar a la UAC, me sorprendió el caos que reinaba en el lugar. No sé de dónde salía tanta gente, pero supuse que era normal en un lugar como este. Me adaptaría, porque ahora sería mi realidad. Suspiré y avancé, dirigiéndome a la oficina del jefe para reportarme. Estaba lista para comenzar este nuevo capítulo de mi vida

DEREK MORGAN & ELLE FOX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora