CAPÍTULO 4

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Me desperté transpirada. Con la respiración agitada y, el calor en mí cuerpo aún me quemaba. Había soñado... con Derek. Se había sentido tan real.
Me senté en la cama, tragué saliva y suspiré profundo. Tanto tiempo sin tener sexo, me estaba afectando. Mí cerebro tomó la última imagen que recibió antes de dormir y la convirtió en un sueño ardiente. Eso era todo. No había razón para ver a Derek de otra forma... era mí amigo y mí compañero. Nada más. Debía controlarme. Parar los pensamientos.

Me levanté de la cama y me metí a duchar... agua fría. Extremadamente fría. Necesitaba enfriarme, urgente.

Supe que era la oportunidad perfecta para salir a correr. Debía desconectar mí mente de pensamientos absurdos y sin sentidos. Me puse mi ropa deportiva, me até un rodete mal armado y salí hacia el parque. El día estaba hermoso, así que corrí unas vueltas más de las que solía correr normalmente. Era una sensación liberadora, como si estuviera dejando atrás todas mis preocupaciones y simplemente disfrutando del momento.

Después de mi carrera, decidí pasar por la cafetería para disfrutar de un merecido café. Hoy no quería salir. Así que lo tomaría en casa.El aroma del café recién hecho llenaba el lugar. Mientras esperaba, observaba a la gente pasar, sumergiéndome en el ambiente de la cafetería. Jamás me cansaría de ese lugar. Me encantaba. Con mi café en la mano, regresé a casa y aproveché el día libre para acomodar y hacer limpieza. Puse música para acompañarme mientras organizaba cada rincón de mi hogar. Cada objeto que encontraba tenía su lugar designado, y me sentía satisfecha al ver cómo todo tomaba forma. Disfrutaba mucho de limpiar y ordenar, canalizaba la energía que fluía por mí cuerpo.

De repente, mientras cantaba y bailaba al ritmo de la música, escuché un suave golpe en la puerta. Me detuve por un momento, sorprendida por la interrupción. No recibía visitas, nunca. Y no tenía ningún paquete para recibir. Me acerqué a la puerta y, al abrirla, me encontré con Derek.

-Hola. Veo que hay una fiesta aquí -bromeó sonriendo

-Hola -saludé con una sonrisa - ¿Cómo estás? Ven, pasa -dije yendo a bajar el volumen de la música - ¿Cómo sigue tu abdomen?

Cerré los ojos y borré el sueño que había tenido. Me moría de la vergüenza.

-Mejor. Ya no duele... perdón por venir sin avisar, pero quería darte algo.... esto es para tí

Me di la vuelta y vi un obsequio en sus manos

-¿Un obsequio? -sonreí - ¿Por qué? No es mí cumpleaños ni un día especial... ¿Hoy era día de intercambio de obsequios y no me enteré?

-Fox, no se dan obsequios solo en fechas especiales. Toma. Ábrelo -
extendiendo su mano

-Okey -sonreí. Era tierno. Estaba emocionada - gracias, no tendrías que haberte molestado, Derek

Tomé el paquete, fui al living y me senté en el sillón. Derek me siguió y se sentó a mí lado. Tenía una sonrisa enorme en su rostro.

Cuando lo abrí, mis ojos se abrieron de par en par

-Oh, wow, Morgan! No puedo creerlo. ¿De verdad conseguiste este libro para mí? -exclamé eufórica mientras terminaba de abrir el paquete

-Sabía que te gustaría tenerlo en tu colección. Comentaste que te gustaba esa autora... lo vi y pensé en ti -sonrió

-Morgan, esto es increíble -lo abracé para agradecerle - gracias, de verdad. Me encantó

-Me alegra escuchar eso, Fox -sonrió - espero que disfrutes cada página.

DEREK MORGAN & ELLE FOX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora