Te extraño...

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Luego de que Ninna hablara un poco de su enemigo, se quedo pensando en el por qué de todo su dolor, era algo con lo que luchaba a diario, y por más que trataba de buscar en sus recuerdos no lograba encontrar el detonante de todo esto.

Después de un día bastante largo, llegó a su casa, esa que siempre quiso, aparatada de la ciudad, entre árboles y animales hermosos; encendió la chimenea y fue a su habitación para ponerse algo de ropa cómoda, luego de esto, fue a la cocina y decidió servirse una cerveza fría... Se quiso desahogar, así que, estando en frente de la chimenea, tomó un lápiz y una hoja, y sorbo a sorbo empecé a escribir:


"Aún te pienso, te extraño todo el tiempo, extraño lo que solíamos ser... ¿Te soy sincera? Extraño esa bella sonrisa que dibujabas en tu rostro cada vez que te asomabas al espejo; extraño la ternura con la que hablabas, lo feliz que eras con las cosas sencillas de la vida. Amaba cuando pasábamos tiempo a solas, cuando lo único que hacíamos era soñar y pensar siempre en nuestro futuro... Extraño esa sencillez con la que solías expresarte, no sufrías por nada, todo te daba igual pero no de mala manera; por el contrario, solo observabas y aquello que no compartías lo decías con el amor que solo tú sabías dar, para luego marcharte. Sí, así eras tú, siempre intentabas que los demás estuvieran bien pero teniendo cuidado de que no te lastimara nadie, porque sabías lo valiosa que eras... Aún te pienso, aún trato de entender que fue lo que nos pasó, en dónde se quedó esa seguridad, ese amor, esos sueños, esa ternura con la que conquistabas medio mundo, esa gentileza con la que solo tú podías decir la verdad. Ninna, te extraño demasiado, extraño esa seguridad que te tenías, esas ganas de salir adelante pese a todo, extraño ese corazón bonito, ese que antes no tenía ni rabia ni rencor por el mundo; ese corazón que no peleaba con nadie porque siempre estaba protegido... extraño a esa soñadora que creía en promesas".


Luego de que Ninna se desahogó un poco en el papel, miró a su alrededor, y aunque se sentía un poco liberada, aún persistía ese mismo sentimiento:


- Me siento muy sola...


Ninna no lograba entender qué era lo que estaba pasando en su corazón ni en su cabeza, no podía entender por qué a pesar de tener esa magia que solo ella tenía, se estaba apagando y sin más, no podía hacer nada para avivarla... Pensaba en cada camino recorrido y aunque muchas veces no eran los mejores, cada paso la ayudó a convertirse en esa mujer fuerte y decidida que estaba frente a la chimenea. Pero aún con todo eso, seguía sintiendo un vacío que no lograba explicar. Susurró:

- Te necesito de vuelta, esto no puede seguir así...

Camuflada entre las letras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora