Una más...

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Luego de que Ninna terminara de verse al espejo y buscar una vez más aquellas respuestas que no lograba encontrar, se percató de algo: un pequeño recuerdo que se había quedado ahí pero al que nunca le dió mayor importancia... Era él, un hombre alto, con mirada fría y distante, sus facciones eran casi de revista, cara perfilada, cejas un tanto pobladas, barba larga y cabello corto, sus manos eran suaves pero rigidas, su posición era la misma, todo el tiempo. Ninna, se concentró en aquél recuerdo que no entendía, es como si no fuera suyo, cómo si solo le hubieran implantado esa memoria, pero no era algo vívido. Tomó una pausa y prefirió salir de esa hermosa casa en la que vivía. Fue a su lugar seguro, un lugar mágico lleno de artistas, de cuenteros; unos pintaban murales y otros tomaban fotografías a su antojo, otros bailaban al son de la música que curiosamente otros interpretaban, y así... Era un lugar mágico para ella... Tenía una amiga a la que poco visitaba; ya saben, esas personas a las que les hablas por algo específico.

- Mi querida Jade, dijo Ninna, ¿Cómo has estado?

- Ninna, Ninna, Ninna... Wuao, pensé que no volverías a buscarme, sinceramente te creí mejor que toda esta porquería.

- Ya sabes cómo es la vida, Jade, un día crees alcanzar el cielo con las manos, otro día simplemente se te derrumba ese mismo cielo, otros días tan solo fantaseo en mi propio pensamiento y bueno... Aquí ando, tratando de buscar algo que... bueno ya sabes, algo que me relaje un poco, me haga olvidar ciertas cosas por un instante y al mismo tiempo me permita concentrarme en algo específico.

-Ok, ya sabes cuánto es; pero, Ninna, te lo doy porque hoy ha estado pesada la venta y bueno, ya sabes que de algo he de vivir. Pero marica, usted es mejor que toda esta mierda- dijo Jade, mirando fijamente a Ninna mientras le entregaba aquella dosis perfecta.

Ninna caminó por un buen rato antes de llegar a casa. Su cerebro parecía una industria completa de pensamientos que no la dejaban en paz, pasaban como nubes gigantes, uno tras otro. Buscaba en qué concentrarse, no sabía qué pensamiento seleccionar, no entendía; y luego, al final de esa "fábrica" de pensamientos, estaba él, con su mirada fría, mirándola fijamente. Por un segundo él cambio su expresión, soltó una carcajada leve, se burló de ella, y solo desapareció entre las sombras de sus memorias... Ninna no entendía nada de lo que estaba sucediéndole, quería poder encarar ese recuerdo que finalmente no sabía si era de ella. Era como si estuviera en otro cuerpo, en otra mente... Así que decidió deleitarse en su universo ficticio, ese que solo le ofrecía aquella sustancia colorida que tenía entre sus manos.

- Una más, eso es algo que siempre será igual, una dosis más, un día más, un recuerdo más, una más, esto era lo que pensaba Ninna hacia sus adentros.

Ninna estaba harta de no entender que era lo que pasaba en su cabeza, y ahora, con un personaje que no lograba descifrar, no sabía cómo más evadir o concentrarse. ¿Quién es? se preguntaba Ninna en medio de su trance caótico, ¿Quién es?... Sus ojos empezaron a cerrarse lento, solo se abrían cuando sus oídos eran activados por las sirenas de los carros. Entre cuadras trataba de abandonarse a sí misma, entre palabras gangosas trataba de pedir ayuda para llegar a casa y sus pensamientos no paraban; era como si aquel colorido empaque hecho pastilla se hubiera llevado la razón de Ninna. Ahora no podía controlar nada de lo que pasaba, su cuerpo caminaba hacia un destino desconocido, sus pensamientos se fueron disipando en cada paso, no quería salir de ese trance...








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⏰ Última actualización: May 27 ⏰

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