"Amigos"

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El superintendente de los Santos llevaba semanas en las que se encontraba distinto respecto a su comportamiento o eso es lo que decían sus oficiales de la Comisaría.
Lo notaban más animado, más feliz, ninguno de los que trabajan con él lo habían visto de aquella manera, nunca en años había tenido tal comportamiento.

Era más amable, congratulaba constantemente a sus oficiales, cosa que no era para nada habitual en él.

Todos estaban sorprendidos y felices porque su superior había encontrado algo de felicidad en su miserable vida. Todos pensaban que había encontrado pareja, que alguien le había dado una buena noticia... Pero, no, no era nada de eso.

Un sujeto había logrado conquistar el corazón de Jack con tan solo un pequeño contacto visual, con tan solo una mísera mirada había hecho que el hombre "sin sentimientos" más conocido de la ciudad tuviera un amor a primera vista.

"Viejo, ¿no habrás dejado de lado a tu árbol?" Decía el de cabellera rubia como el sol y orbes azules mientras soltaba una leve risita.

"¿Qué dices, gilipollas? Yo le soy fiel a mi árbol, no me enamoraría de nadie más... " Se colocó bien la corbata con ambas manos, al parecer esta estaba algo aflojada.

"Claro, claro, a mí no me vas a colar esa mierda." Daba suaves movimientos de cabeza hacia los lados, haciendo negaciones constantes durante unos segundos. "Se ve que te gusta Freddy desde kilómetros, parece que te va a estallar el marcapasos... "

El rubio había soltado una pequeña carcajada mientras salía del despacho de su jefe, al parecer engañar a aquel inspector jefe era bastante complicado.

El pelinegro chasqueó la lengua, estaba harto de escuchar aquellas preguntas por parte de su compañero e hijo. Odiaba que le dijera esas cosas, cuando sabía que eso era verdad y que tenía completamente la razón.

Se sentía abrumado por todos lo pensamientos que le rondaban la mente, todos eran semejantes, todos eran del mismo tema, Freddy Trucazo, no salía de su mente en ningún momento. Estaba llegando a tener una gran obsesión por su "amigo".

Pasaban las horas y Conway no daba ninguna señal de vida a los miembros de la malla. Estaba nervioso, pensaba declararse dentro de poco, y aún así sabía que no iba a salir bien.

"Conway, ¿estás bien, neno?" Dijo el Comisario mientras entraba al despacho de Conway, captando completamente así la atención del superior.

Este solo asintió y se dió la vuelta dirigiéndose con un andar rápido hacia su escritorio, quería esconder algo, no quería que nadie lo viese. Rápidamente agarró una libreta que se encontraba totalmente llena de fotos y abierta y la cerró. Metiéndola en un cajón, teniendo aún la mirada atenta del gallego sobre si mismo.

"¿Qué tienes ahí, Conway? ¿Qué escondes?" Comenzó a caminar en dirección al contrario lenta e intimidantemente.

Negó, no quería hablar en ningún momento, se delataría, se volvía totalmente sumiso con él, se sentía débil.

"Si no me lo quieres decir, no me lo digas." Hizo una pausa luego se decir eso. "Estás muy extraño últimamente conmigo, joder, ¿te he hecho algo?"

Era obvio que le había hecho algo, le había rechazado hace tan solo unas semanas.
Se sentía derrotado, roto... Le daba miedo hablarle, sin embargo quería volver a declararse. No era la primera vez que lo hacía, lo hizo hace unas semanas, meses e incluso hace unos años.
Pero necesitaba intentarlo, aún sabiendo el resultado de todo.

"No, Trucazo, no" Su voz era algo borde, tal y como lo era siempre, sin embargo, esta vez era algo más diferente, ¿algo más agresivo?

Los días pasaban y Conway no paraba de pensar en cómo hacer aquello nuevamente, un miedo interior crecía en él, unos nervios que había sentido repetidas veces y todo por lo mismo.
Quería hacerlo, pero no iba a valer para nada.

Su corazón amaba de verdad a esa persona, se negaba a pensar que nunca podían llegar a estar juntos, a que solo en sueños lo podía llegar a vivir.

Comprendía perfectamente que tenía que dejar de estar enamorado, pero no había forma. Ya había intentado hacer que su corazón amase a otra persona, se había forzado a querer a otras, pero le era inviable. Todo le era en vano.

Por mucho que lo intentaba, hacía miles de cosas. intentar de dejar de pensar en él, alejarse durante meses, teniendo contacto cero con todo el mundo y aún así, no funcionaba.

"Trucazo, necesito hablar contigo" Comentó por la frecuencia de la radio en la que estaban ellos dos solos. "A mí despacho, por favor"

Ese "por favor", era una suplica porque si no decía aquello Freddy no iba a ir.

Pasaron los minutos, y, el Comisario apareció ahí, tal y como le había dicho Conway. Se apoyó por unos segundos en el marco de la puerta, para después pasar y cerrar esta.

"¿Qué quieres, Jack? ¿Es algo de algún caso?" Se hacía el loco, era obvio que iban a llegar al mismo tema de siempre, al que llegaban cuando Conway le llamaba para hablar a solas.

"Sabes perfectamente de lo que te quiero hablar, no te hagas el retrasado" Dijo mientras le daba la espalda y miraba por aquella gran cristalera de su despacho, viendo la calle iluminada por la tenue luz de las farolas.

"¿Otra vez, Jack? ¿No te cansas de esto ya? ¿No te cansas de que te diga siempre lo mismo?"

"No, no me canso. Joder, Freddy, me gustas, estoy enamorado de tí. No sé en que idioma decírtelo ya... Estoy harto de todo esto, de que mis sentimientos se dejen llevar todo el rato, que cuando consigo dejar de quererte un poco, apareces tú diciéndome otra cosa, haciendo que me haga ilusiones."

Hizo una breve pausa para respirar, estaba histérico, habían llegado a tener algunas conversaciones del tema, pero nunca Conway se había "desahogado" así.

"Freddy, no es fácil, no lo es. Y tú perfectamente sabes que es lo que estoy sintiendo en estos momentos. No es sencillo dejar de querer a una persona que te lleva gustando desde que le conoció. Es como si me hubiesen hechizado para que mis ojos solo se fijen en tí. Joder, todo esto es realmente ridículo. "

"Jack, sé que es difícil, pero... No eres el único que sufre aquí, tú sufres porque sabes que no me gustas, pero yo sufro porque sé que estás mal. Ambos sufrimos de una manera distinta"

Conway le empezó a mirar por el reflejo de los cristales. Estaba atento de lo que decía.

"De una manera muy distinta, tú mismo lo has dicho. Uno sufre más que el otro. " Negó con la cabeza lentamente mientras se acariciaba el cabello grisáceo hacia atrás. "Joder, si quieres dejar de verme mal, no me hagas ilusiones con algunas cosas que me dices o haces."

"¿Qué te digo, Conway? Son bromas que se hacen los 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀. Conway, amigos, ¿lo entiendes? Eso es lo que somos tú y yo, es lo único que seremos, ya está. Solo somos 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀.

Aquellas palabras le sintieron comos cuchillos lanzados directos a su corazón, sentía como este se rompía en mil pedazos lentamente. Nunca había llegado a notar eso en si mismo, ni cuando era joven, ni en su adolescencia.

"De acuerdo entonces... " Se quedó callado tras decir eso, no pensaba intercambiar alguna otra palabra con el otro hombre que se encontraba allí con él. "Vete a hacer tus cosas, yo tengo que hacer también las mías."

"Conway, ¿vamos a seguir igual que antes, verdad? Siendo amigos... "

Tensó su mandíbula con suma lentitud mientras se daba la vuelta y hacía un gesto con su cabeza, insinuando que se fuese del lugar. Cosa que hizo Freddy, lo dejó solo en aquel lugar, lo dejó derrotado y roto.

Ahí estaba Conway con unos ojos húmedos de aguantar las lágrimas, viendo el ramo de crisantemos blancos en el suelo. Viendo aquel ramo fijamente, queriendo pisotearlo hasta hacer que no se reconociesen ni que eran unas flores.

Una frase rodaba su mente, y esa era "solo somos amigos". La palabra amigos sin duda era la que más le había marcado. Tenía que mentalizarse de que solo iban a ser amigos, hasta la muerte.

-FanFics Fredway-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora