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El menor de los gemelos se arrepintió de haber aceptado ese loco plan de su hermano, ahora estaba en un área peligrosa buscando aquel salón de pachinko en el cual se enteró que su objetivo, porque a diferencia de su hermano él había recurrido a conseguir algún plan para acercarse, aunque sinceramente tampoco era su fuerte hacer eso, lamentablemente ninguno de sus hermanos ni él mismo había obtenido la prudencia de su padre adoptivo. Por eso mismo no había pedido ayuda a sus hermanos, eso y porque sukuna no fue útil y Choso perdería la cabeza, por lo cual había recurrido a su único amigo (actual) con algo de cerebro, Jumpei.

El chico le había hablado más de algunas películas con parejas interesantes, en el proceso habían decidido ir a ver la nueva película del hombre lombriz, la conclusión a la que llegaron fue: tienes que espiarlo y conocerlo mejor para poder acercarte; en retrospectiva era bastante acosador hacer eso pero ya estaba allí y no valía la pena arrepentirse. 

Se mantuvo dando vueltas durante una buena cantidad de minutos hasta que logró encontrar el lugar aunque claro que un adolescente de cabello rosado caminando por un lugar así no pasaba desapercibido a menos que fuera muy inteligente para esconderse o tuviera mucha suerte, en su caso no era ninguna de las dos y por ello fue que se disculpó mentalmente con su hermano mayor y su padre por meterse en problemas al sentir una mano en su hombro maldiciendo a su vez a su hermano gemelo por su estúpido plan.

— ¿Que haces aqui enano? ¿Acaso te vienes a divertir en esta clase de lugares? — Definitivamente reconocía es voz de alguna llamada que Megumi había respondido en alta voz por estar ocupado, era ese hombre que alguna vez vio llegar en un motocicleta solo para tratar con algún problema en el cual se metia su hijo, ese atractivo hombre que olía a cigarrillos y alcohol simplemente estaba demasiado cerca, tanto así que sintió todo su cuerpo temblar al oír su voz. —Toji-san m-me alegro de verlo, yo.... ¡me perdí! ¡Si, eso! ¡Estoy perdido!— No hacía falta decir que no era muy bueno mintiendo.

Claro que tenía miedo, no sabía mucho del mayor además de su relación sanguínea con Megumi y el hecho de que no se llevaban precisamente bien, también estaba enterado por Tsumiki que tras la muerte de su madre el hombre prácticamente los había dejado en una canasta en la puerta de la casa de Gojo-sensei, la verdad era algo que admiraba de su maestro de arte, cuidar a niños ajenos no era algo fácil y su padre era prueba de ello, quizá habría sido mejor pedir poder ir tras Gojo-sensei, su hermano si sabía lidiar con gente aterradora y él conocía mejor al albino, pero claro que tenía las mejores ideas cuando era muy tarde.

— ¡Oi! ¡Mocoso! ¿Me estás escuchando? — ¿Eh? ¿Había estado hablando todo este tiempo? Debió estar un minuto entero con una cara de idiota mirando al mayor, realmente era patético aunque para su suerte cuando el pelinegro vio su expresión de vergüenza comenzó a reír a carcajadas. 

— Lo siento Fushiguro-san estoy algo distraído — Se disculpó antes de darse cuenta de que el mayor lo estaba abrazando por la cintura pegando sus cuerpos al punto en el cual podía sentir la respiración ajena en su oído, un aliento cálido que logró ponerlo aun mas nervioso causando un sonrojo en sus mejillas. Intentó liberarse del agarre pero solo pudo sentir esos fuertes brazos sostenerlo con más fuerza — ¿Fushiguro-san? — 

— ¿Que ocurre?¿no te gusta? Estás perdido ¿no es así? Yo te llevaré a tu casa — No espero respuesta y lo sujeto de la cintura para comenzar a caminar, era más pequeña de lo que parecia pero tenia musculos firmes y marcados, tan encantador como había imaginado la primera vez que lo vio.

El adulto no era idiota, había visto a aquel chico en el departamento de su hijo algun dia que fue a verlo, un lindo chico con un pelo así de llamativo no era algo que fuera a ignorar, aunque había mantenido distancia cuando supo de su relación con su hijo, no era un hombre muy considerado pero quitarle el chico que le gusta a su hijo parecía estar fuera de sus aparentes límites.

Claro que considero al gemelo del chico, más maduro de aspecto, con una personalidad atrevida y un cuerpo más lascivo pero a sus ojos se opacaba ante el brillo dulce de aquel muchacho tierno que lo saludaba con respeto muy a disgusto de su hijo, ese chico dulce que de un dia a otro dejo de ir al departamento de Megumi, aun cuando había comenzado a ser más frecuente su presencia en últimas semanas esta se desvaneció. 

Incluso aquel dia en la academia no había rastro del menor, solo su hermano quien con diversas heridas golpeaba a varios de sus amigos, gritando, furioso, herido, sus ojos lo reflejaban y sintió un disgusto al imaginar esa mirada en los ojos de miel del chico dulce, aunque tampoco podía saber qué había ocurrido, si preguntaba a Megumi se ganaria mas odio, Tsumiki no hablaría y Satoru sospecharia.

Claro que fue una sorpresa que despues de varios dias el lugar en el cual encontró a ese adorable muchacho fue uno de los cuales jamás imagino verlo, destacaba como un girasol en un rosal, tan brillante y llamativo como siempre aunque no fue el único en verlo, claro que cualquiera que hubiera puesto un ojo en el chico lo quito cuando él lo tomó, definitivamente no dejaría a ese gatito escapar.

No mintió al decir que lo llevaría a casa, tampoco sería tan brusco pero ese niño era la tentación hecha persona, se apoyó con total confianza en su espalda en cuanto subieron a la moto ¿Acaso no tenia algún tipo de instinto de supervivencia? se metió a la boca del lobo y el lobo lo quería saborear lentamente.

— Muchas gracias por traerme Fushiguro-san — Itadori agradeció con su dulce al bajarse de la moto, el viaje había sido demasiado corto para lo que hubiera deseado — Llamame Toji, me gusta más — Respondió el pelinegro tomando la mano del chico para acercarlo más a su rostro — Ten mas cuidado la próxima vez gatito — Fueron sus últimas palabras antes de dejarlo desplomarse en la puerta de su casa.

EXCITANTE era la única palabra que podía describir ese encuentro.

I'll be date your fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora