Sólo Tú (Peter × Pietro)

এCap 1: Encuentros en tinta y colorএ

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Bajo el cielo de Milán, dos almas se cruzan,
En un juego del destino, sus mundos se rozan.
Peter, con pincel en mano, colores despliega,
Mientras Pietro, en versos, el cosmos navega.

Un boceto al viento, un encuentro señala,
Pietro lo recoge, y a la galería escala.
"¿Quién habrá pintado tal maravilla?", piensa,
Y en su búsqueda, una nueva senda comienza.

En la galería, donde el arte respira,
Peter monta su obra, su pasión transpira.
Pietro entra, sus ojos no pueden creer,
El autor de su inspiración, al fin puede ver.

"Tu boceto, como un barco, a mi orilla llegó",
Dice Pietro, y una amistad brotó.
Invitan al café, y entre aroma y lienzo,
Comparten sus sueños, sin ningún esfuerzo.

Hablan de arte, de vida, de sueños dorados,
De cómo en los detalles, están los hallazgos.
Y al caer la tarde, con el cielo encendido,
Saben que este encuentro, no ha sido un descuido.

Juntos salen, la ciudad los contempla,
Dos artistas, una historia, la noche empieza.
Milán los cobija, en su manto estrellado,
Peter y Pietro, por el arte, enamorados.
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En la vibrante ciudad de Milán, donde el arte palpita en cada esquina y la poesía se respira en el aire, Peter, un pintor de paisajes urbanos, se prepara para una exposición que podría definir su carrera. Mientras tanto, Pietro, un poeta que encuentra musas en los rincones más inesperados de la ciudad, busca la inspiración para su próximo libro.

Un día, mientras Peter trabaja en su estudio, una ráfaga de viento arrebata uno de sus bocetos, llevándolo por las calles empedradas hasta los pies de Pietro, quien pasea absorto en sus pensamientos. Pietro recoge el boceto, y cautivado por la belleza del trazo, decide buscar al artista para devolverle su obra.

La búsqueda de Pietro lo lleva a la galería donde Peter está montando su exposición. Al entrar, Pietro queda fascinado por los cuadros que cuelgan de las paredes, cada uno contando una historia diferente de la ciudad que tanto ama. Al fondo, ve a Peter, concentrado en su trabajo, con pincel en mano.

Pietro se acerca y le entrega el boceto perdido. Peter, sorprendido y agradecido, invita a Pietro a tomar un café para agradecerle. En la cafetería de la galería, rodeados de arte y con el aroma del café llenando el aire, comienzan a hablar. Descubren que, aunque sus medios de expresión son diferentes, comparten una pasión por capturar la esencia de la vida y la belleza en sus creaciones.

La conversación fluye naturalmente, y pronto se dan cuenta de que este encuentro podría ser el inicio de algo más que una amistad. Pietro le recita a Peter uno de sus poemas favoritos, y Peter le muestra el boceto de un cuadro en el que ha estado trabajando, inspirado en un poema que Pietro conoce bien.

Esté se sorprende al ver ese boceto tan cautivador que plasma muy bien las palabras e idea del poema tan bonito que eligió Peter para bocetear

En el jardín del alma, dos flores se abrazan,
con pétalos entrelazados, en el amor se enlazan.
Dos seres, almas gemelas,
en el lienzo del destino, pintan sus anhelos.

Con trazos de ternura, y rimas de pasión,
dibujan en el tiempo, su propia canción.
Un pintor de sueños, un poeta del corazón,
juntos en la danza, del amor sin razón.

Bajo la luna llena, susurran los colores,
versos que se elevan, entre sus amores.
Manos que se buscan, en la noche serena,
Dos personas, su amor es la escena.

En cada encuentro, un cuadro de emoción,
en cada verso, una declaración.
Dos almas que se encuentran, en perfecta sincronía,
Dos seres, su amor, la más bella poesía.

Era un muy bonito poema tanto para Pietro como para Peter y eso era lo más emocionante, los dos tenían los mismos gustos por la poesía y la pintura, eran como almas gemelas. La jornada se hacía muy corta mientra más hablaban de lo que les gustaba, sus metas, sus sueños y aspiraciones a futuro y al parecer los dos querían ser personas importantes para el mundo, que todos vean sus obras de arte, la química entre ellos iba creciendo de a poco como una pequeña llama de fuego que va creciendo conforme el tiempo pase.

Al terminar la conversación los dos quedaron en pasarse el número de teléfono para estar en contacto, Peter aceptó con una sonrisa nerviosa en el rostro escribiendo su número de teléfono en una hoja de papel que tenía en el bolsillo, Pietro hizo lo mismo pero en una servilleta ya que era lo que tenía cerca, Peter al ver eso no evitó soltar una carcajada dulce, Pietro se ruborizó levemente mientras también se reía de la situación.

Los dos muchachos se despidieron de forma amable y cálida ya que cada uno tenía que volver a lo suyo aunque se inspiraron uno del otro haciendo que cada uno tuviera una idea para retratar la esencia del otro en su arte, uno en la pintura y el otro en la poesía. Se sentían tan enamorados, como amor a primera vista, se sentía un sentimiento hermoso en sus corazones que no cambiarían por nada en el mundo, por fin se sentían amados.