Capítulo 33

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Sus sentidos volvían, pero no quería abrir los ojos, los párpados le pesaban, quiso acomodarse mejor pero al querer darse la vuelta algo que lo envolvía se lo impidió. Abrió los ojos y lo primero que vio fue la cara de Payaso, durmiendo. Del susto dió un respingón, alejándose un poco, pero al hacer eso Payaso volvió a aferrarse a él, parecía un animalito aferrándose a su madre. Estaba un poco confundido de porque estaba durmiendo con Payaso abrazando su cuello, pero entonces su mente recordó; anoche llegó y Payaso se lanzo hacia él, literalmente, y no tenía las energías para quitárselo. Suspiro cansado, no quería despertarlo, se notaba que Payaso no había dormido bien por lo que probablemente habían sido los días que no estuvo, su cara tenía unas pequeñas ojeras bajo los ojos, y normalmente era de sueño ligero, pero ni con su movimiento brusco al despertar logro siquiera hacer que abriera los ojos. No podía quedarse en cama esperando a que despertará por su cuenta, ahora que había regresado debía ponerse a trabajar.

—Ahora que hago...

Murmuró tratando de mirar a cualquier lado con tal de pensar mejor. No podía moverse de su lugar, con cualquier movimiento que hacía Payaso se aferraba a él, aún por el cuello, y se estaba acercando demasiado. La situación lo estaba poniendo nervioso, era extraño sentir el aliento de Payaso tan cerca.

—Mierda... Despierta, despierta, despierta.

Estaba deseando que Payaso despertará para poder alejarse, desde su posición no podía hacer mucho, tal vez si se levantaba de manera diferente lograría separarse de él. Con lentitud posicionó su mano al costado de Payaso y comenzó a levantarse de lado, era cauteloso y se detenía cada vez que sentía que Payaso se movía, lo que menos quería era despertarlo. Hasta que finalmente quedó encima de él

—Okey, ahora solo debo, soltar sus brazos...

Con cautela, tomo los brazos de Payaso y comenzó a separarlos de él, lo estaba logrando hasta que Payaso, aun durmiendo, lo jaló del cuello. Apenas y tuvo segundos de reacción, desviando la caída de su cara a centímetros de la de Payaso, chocando con el colchón. Ese golpe hizo suficiente movimiento como para que Payaso se despertará, mirando a su lado y luego al frente cuando Shaman se incorporo, quedando igual que antes.

—... Incluso estoy alucinando contigo...

Shaman miro sus ojos cansados, estaban empezando a formarse bolsas debajo de ellos. No se movió esperando, pero no estaba seguro de que estaba esperando. Los ojos de Payaso se estaban cerrando nuevamente, y al fin Shaman reaccionó.

—No es una alusión, ya que te despertaste necesito que me sueltes.

—Incluso recuerdo como me regaña... —sonrió con nostalgia, como si lo que estuviera viendo fuera un recuerdo hermoso—... Si me estoy volviendo loco no quiero estar cuerdo nunca más...

—Estas murmurando incoherencias, ya suéltame.

Shaman se incorporo mejor y le dió unos pequeños golpes en la frente para hacer que reaccione. Con un quejido, los sentidos de Payaso volvieron, ajustando su visión borrosa por el sueño, sobando su frente y cambiando su expresión de enojo a una sorprendida y feliz en cuestión de segundos.

—¡Ya regresaste!

Grito feliz, volviendo a abrazar a Shaman por el cuello, nuevamente tuvo segundos de reacción, chocando de cara contra el colchón, levantándose y quejándose por el dolor. Se miraron por unos momentos, Shaman mentiría si dijera que no extraño esa energía de Payaso, pero era muy temprano. Payaso mantenía su sonrisa, mirando con alegría a Shaman hasta que noto mejor la situación, soltandolo del cuello de inmediato y pegando sus brazos a su pecho.

—Perdon, me emocioné.

Desvío la mirada algo apenado, riendo bajo, Shaman siguió mirando a Payaso, le preocupaba que en los días que se fue Payaso haya conseguido tener unas ojeras, lo que significaba que no durmió bien.

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⏰ Última actualización: Jul 07 ⏰

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Creo... Que Siento Algo Por Ti (Toberu) [Primera Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora