Capitulo 3

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"Coffe HOUSE Susy"

Leí el letrero antes de entrar. La tía de Fei era muy conocida como una repostera de buena reputación en el barrio. Susy se lanzo a Fei a abrazarla como mucho amor en sus ojos, pero esta sonrió falsamente.

—Tía ella, Nía—, la miré sorprendida de que me haya presentado en español. Susy me miró sonriente abrazándome — Nía, ella es Susy, mi tía—.

—Qué bonita eres —me dijo Susy en un perfecto español—.

-Usted habla muy bien el español-

- Viví un buen tiempo en Madrid en mi juventud, pero mi divorcio me trajo otra vez a Pekín, os pondré algo de comer, ¿Qué queréis?

—Algo con chocolate, tía—.

—Yo lo mismo que Fei, gracias—.

Conversamos un buen rato, era una mujer agradable que la había pasado mal en el pasado por malos tratos de su exesposo, y sus hijos que no la veían por desinterés, pero tuvo un final feliz, con un negocio propio haciendo lo que más le gustaba sin depender de ellos. Me llegué a sentir identificada en cierto modo por todo lo que me pasó antes de venir a Pekín.

-En nada tengo que abrir la cafetería, no estaré disponible ya, cariño.

—No te preocupes, tía, seguiremos comiendo la tarta sin molestarte —dijo Fei y yo asentí—.

La cantidad de personas que entraban era increíble, este negocio era muy popular. Lo que sí me daba pena era ver a Susy haciendo todo a la vez. Le sugerí a Fei ayudarla, pero esta se negó diciendo no saber nada sobre bandejas, etc. Pero en una de esas Susy casi se cae lo que alertó a Fei y a mí. Nos levantamos y ayudamos a Susy con las bandejas en el suelo y tazas rotas.

-Susy tú te encargas de cocina y nosotras llevaremos las bandejas con las consumiciones a las mesas - dije. Susy sonrió agradecida y Fei preocupada-

-Gracias, cielo —me cogió las manos. - No deberías, pero aun así lo haces -

Llevaba la carta a las mesas y hacía que con los dedos seleccionaran lo que querían consumir y así poder crear un tipo de comunicación no verbal que sirviera de ayuda a la cafetería para que Susy pudiera sentirse aliviada. Fei estaba centrada en cada cliente y me sorprendía como de bien lo hacía, tenía mucha agilidad para las bandejas que me preguntaba a mí misma porque me había dicho que no sabía.

—Si estás agotada, déjalo, cariño —me dijo Susy cuando me vio moverme más de prisa por los clientes que no paraban de llegar—. No es necesario, Nía —.

—No, si es necesario, no tienes un buen semblante en el rostro, no puedo permitir que hagas todo eso y nosotras sentadas —.

-Gracias, aquí están los cafés -

—Vale, se los llevaré—.

Entraron cuatro nuevos clientes masculinos. Miré a Fei, resopló angustiosa lanzando un mal comentario. Estaba a punto de tirar la toalla, así que fui yo quien se dirigió hacia ellos para darles la carta. Todos ellos me miraron fijamente. Supuse que era por ser extranjera, no se lo esperaban. Miré a cada uno para sonreírles amablemente, y el chaval que tenía una mascarilla se quedó fijamente mirándome sorprendido, lentamente suavizando su mirada, como si me estuviese estudiando el rostro. Luego se bajó la mascarilla ahora dejándome a mi sorprendida.

—Tú...—murmuré hipnotizada mirándole—.

—Tú... —él murmuró. Parpadee dos veces intentando procesar lo que acababa de escuchar : —Tú... —volvió a decirlo. Nos mirábamos como en una especie de trance, ninguno de los dos despegaba la mirada, "Qué ojos más bonitos tiene" pensé.

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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