CAP 1: El por decidir

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¿Que que siento ahora?

No lo sé, solo se que estoy tumbada en un sofá de un verde botella muy bonito

Cuando giro la cabeza observó una habitación entera de dorado , con muchas plantas, y que al final hay un ascensor con tres botones.

- ¿Ya estás despierta?

Una voz femenina muy dulce me llama la atención, enfrente de mi hay una mujer vestida de dorado.

- Se que estarás un poco en shock, pasa al principio, me llamo Hellen

Me acomodo en mi asiento y con el único hilo de voz que consigo encontrar respondo.

- ¿Donde estoy? ¿En el cielo? ¿En el infierno?

- Estás...

- Si es por esconderle a mi padre esa botella de whisky, ya tuve mi merecido

Digo mientras recuerdo su puño impactar en mi estomago.

- No cariño, este es el medio, tienes que hacer tu última elección antes de la vida eterna.

- ¿Y eso que significa?

- Tienes que decidir si quieres ser un ángel o un demonio.

- ¿No es obvio?, todo el mundo quiere ser un ángel.

- Te sorprenderá que no, pero el resto de la vida de los ángeles ya te lo explicará mi hijo Hugo y la vida en el infierno te la explicará mi hijo Luka.

- ¿Tu eres un ángel?

- Así es

La observé con más atención y descubrí que tenia unas pocas arrugas en la frente, sería por la edad, tiene la cara redonda y ojos verdes como un frondoso bosque, miro como me observa y descubro que tiene unos labios finos y rosados que esbozan una sonrisa acabada en hoyuelos.

- ¿Y como funciona eso de la vida eterna?

- Te quedarás de por vida como has muerto, así que tendrás dieciséis años de por vida.

- Pues tu moriste muy joven, ¿por que fue?, si puedo preguntar.

Su sonrisa y hoyuelos desaparecen y sus ojos se oscurecen, empieza ha contar su historia muy concentrada.

- Mis hijos, mi marido y yo morimos por un accidente automovilístico, el taxista estaba desconcentrado cantando Taylor Swift en el coche, no miro y se descarriló de la carretera, caímos por un acantilado y morimos todos.

Solo en pensar que yo hubiese muerto por culpa de otro me pone los pelos de punta.

- ¿Por que te suicidaste?

La pregunta me pilla por sorpresa, me quedo paralizada ante la pregunta, ¿Que le respondo?, no quiero parecer patética.

Hellen al ver que no respondía le resta importancia y hace otra pregunta.

- ¿Como te llamas?

- Miriam

- Bonito nombre, aunque debo advertirte que dentro de poco te lo vas ha tener que cambiártelo.

- ¿Por que?

- Porque los nombres de todos los demonios deben empezar por la letra L y los de los ángeles por H o A.

- Oh, ¿Y como me reconocerá la gente a la que conocí en vida?

- Al llegar aquí se entrega una lista de tus conocidos en vida, con sus nombres actuales.

- ¿Y mi lista?

- Aquí esta

Me tendió una lista con unos cinco nombres y de ellos solo conocía uno.

- ¿Puedo visitarla?

- ¿A tu abuela?, por supuesto, pero cuando decidas dónde quedarte en el infierno o en el cielo, no podrás salir de allí.

- Ya, ¿Y cuanto tiempo tengo para decidirme?

- Un año, si no te decides para entonces, se girará una ruleta y lo que toque es donde te irás.

- Vale.

Después de decir eso, el ascensor de tres botones se abrió y un joven bastante atractivo, apareció.

Me tome la libertad de darle un repaso; tenia la piel muy clara, los ojos marrones como su pelo, llevaba una camiseta blanca y unos pantalones vaqueros, media más o menos uno setenta y era dulcemente atractivo.

- Mamá, ¿Esta es la chica a la que tengo que acompañar?

- Si, llévatela ya, que se va ha pensar que trabajo para el FBI.

Se rio, y me miro, sus ojos eran como un bosque, marrón con los bordes verdes botella.

- Hola, me llamo Hugo, y si soy un ángel.

- Encantada, me llamo Miriam.

Me sonrió y señaló con la cabeza el ascensor.

- Lista?

- No se, ¿lo estoy?

- Creo que si

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