Cap 1

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En un mundo dividido con reinos muy diferentes de distintas especies que no se relacionan entre sí, hay un reino, el reino de las hadas. era de noche y el príncipe de las hadas, Nayade, estaba en la habitación de su hermanita para acompañarla ya que no podía dormir, viendo por la ventana con lágrimas cayendo de sus ojos, viendo como poco a poco las estrellas se encendían en el cielo oscuro iluminando todo el cielo, era como si alguien las encendiera, como a pequeñas velas en un lienzo enorme negro. Apoya su cabeza en el cristal frío como el hielo, viendo hacia la cama de su pequeña hermanita que ya estaba dormidita, abrazando un peluche que Náyade le regaló, tapada con un acolchado lila hecho de plumas, un sentimiento de envidia comenzaba a crecer dentro de Nayade al verla, saliendo de la habitación y yendo a la suya, envidiaba a su hermanita, esta era la hija favorita de su padre, el Rey Monst. Llega a su habitación, cierra la puerta y da un puño fuerte a su cama, con más lágrimas cayendo de sus ojos, Nayade no sabía porque su padre no lo quería, no era justo, él todos los días se esforzaba por ser bueno, por complacer a su padre, por ganarse su cariño. Se la pasaba estudiando, ayudaba con las tareas de palacio, siempre buscaba nuevas ideas para ayudar al reino y siempre se comportaba con amabilidad pero parecía que nada era suficiente para Monst, agarra una almohada y la abraza con fuerza, recordando lo que un día su madre, alcalina, le dijo:

"Nayade, tienes un enorme y hermoso corazón de oro. Eres bondadoso y compasivo y esas son cualidades que te harán un gran rey algún día"

Las palabras de su madre le dieron un vuelco al corazón. ¿Rey?¿El? Era imposible, él nunca podría ser rey, Monst nunca lo aceptaría como rey. Pero la idea lo emocionó, recordar eso hizo que se calmara y lo llenó de esperanza. Ser rey significaba tener poder, poder para cambiar el mundo, hacer un mundo mejor, un mundo más unido, sin tantas divisiones, donde todos podrían vivir felices. Nayade decidió que haría todo lo posible para convertirse en rey, haría que su madre se sienta orgullosa. Estudiaría aún más, se quedaría noches en vela, se entrenaría en las artes de la guerra y de la diplomacia y se ganaría el respeto de su pueblo. Y lo más importante para él, le demostraría a Monst que él es digno de su amor y su confianza.

Esa noche, Nayade se durmió con una sonrisa en los labios, soñó con un mundo donde todas las criaturas mágicas vivían en paz y armonía, todos unidos y felices, sin guerras. Un mundo donde él, el príncipe de las hadas, era un rey justo y amado por todos. Al despertar, Nayade se sintió lleno de determinación. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero estaba dispuesto a luchar por su sueño, cueste lo que cueste.

Nayade se levanta y comienza a prepararse, peinando su cabello ondulado color lila y cambiándose para ir a la escuela, luego de eso sale de su habitación y va al comedor para desayunar, llega al comedor y ahí estaba su hermanita y su mamá, mira a su hermanita hablar feliz con Alcalina de todo lo que iba a hacer ese día con su padre, Monst y la envidia y resentimiento comienza a crecer dentro de Nayade, invadiendo todo su cuerpo, sentándose en la mesa sin decir una palabra, su hermanita al ver eso sonríe, acercándose a Nayade y abrazándolo.

hermanito!! ⎯la pequeña niña abraza a Nayade⎯ gracias por quedarte conmigo anoche! mamá me dijo que hoy ibas a comprar plantas para practicar tu magia ¿quieres que te acompañe? ⎯sonríe, feliz⎯

¿pero no tenías que salir con papá hoy? ⎯alza una ceja⎯

bueno si, pero es solo por la mañana, luego a la tarde puedo acompañarte!

Nayade suspira y sonríe de lado

esta bien, puedes venir conmigo a la tarde

yeiiiii ⎯sonríe y da pequeños saltitos⎯

Alcalina da una pequeña risita

Flora, cariño, deja a tu hermano tranquilo que se acaba de levantar

esta bien mami! ⎯Flora sonríe y va a sentarse ⎯

todos comienzan a comer. Nayade mientras comía, leía uno de los libros que tenía de tarea leer, eran sobre los distintos tipos de magia de las hadas y todas las variantes de magia que hay.

un guardia real se acerca a Alcalina

⎯ su majestad, necesito hablar con usted en privado, es urgente

Alcalina se levanta y el guardia la lleva a una de las torres de vigilancia, donde habían varios guardias, ahí se veían a varias hadas ciudadanas y soldados iban a un hospital

uno de los guardias mira a Alcalina

⎯ hemos detectado a unos elfos cerca de la frontera con algunos guardias elfos que comenzaron a atacar a varios de nuestros ciudadanos y guardias, pudimos neutralizar el ataque, pero dejaron un mensaje ⎯el guardia le da Alcalina una hoja⎯

Alcalina agarra la hoja y la lee, sorprendiéndose, asustada

⎯ pero esto...es una declaración de guerra...!

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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Corazón encerrado en un calabozo de plataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora