Capítulo 03

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-¿Cómo sabes mi nombre? -pregunto algo incrédula.

-Sé muchas cosas de ti -se voltea poco a poco hasta quedar de frente-. Sé que te gusta el mar, las canciones románticas, la literatura, las rosas blancas y el chocolate; te encantan los días lluviosos porque te recuerdan a tu niñez -lo miro con detenimiento, pues ha llamado mi atención-, y bueno, si vamos un poco más allá, tienes unos labios más deseables de lo que me gustaría -los mira fijamente mientras los describe-, podría mirar tus ojos durante horas, cuando duermes pareces una niña pequeña, tienes 12 lunares esparcidos en todo tu cuerpo y una hermosa marca de nacimiento en forma de rosa en tu nuca ¿Quieres que continúe?

-No me parece justo que tú sepas prácticamente todo de mí y yo no sepa nada de ti, eso me hace quedar en desventaja ¿No crees? -al contrario de sentir miedo me sentía atraída por él.

-¿Qué te gustaría saber?

-Tu nombre para empezar.

-Zack.

-¿Solo Zack?

-No quiero que mi apellido te haga tener una idea equivocada de mí.

-Dudo mucho eso, no soy prejuiciosa.

-Zack Brown.

Avanzo hacia él a una velocidad tortuosa sin quitar nuestros ojos el uno del otro.

-¿Te puedo hacer una pregunta Zack Brown?

-Por supuesto.

-¿Acaso eres tú... -me detengo frente a él-, el lobo destinado para mí?

Solo obtengo silencio de su parte y cuando me decido a tocarlo, una corriente eléctrica avanza por mi mano.

-Eres muy hermoso -menciono abrazando su cabeza peluda mientras él mueve su cola juguetonamente y procede a lamerme un cachete.

Me pongo de pie y comienzo a correr en el bosque sabiendo que él me seguirá, me distraigo mirando hacia atrás y caigo al suelo, una pequeña herida se hace visible en mi rodilla, cuando lo escucho llegar y lloriquea al ver el raspón, se sienta a mi lado y lame la sangre que aún brota, para cuando despega su lengua, mi herida está completamente sana, como si nada hubiera pasado.

-Nunca salgas a correr sin mí, luna.

-Solo quería jugar un poco.

-Vamos, es hora de regresar o pronto empezarán a buscarte -me subo en su lomo y me lleva de regreso...

-¿Qué...? ¿Qué fue eso? -pregunto aturdida separando rápidamente mi mano.

-Un recuerdo del pasado y la respuesta a tu pregunta.

-¿Qué te hace pensar que no te mataría aquí mismo lobo? -pregunto amenazante.

-El hecho de que sé que sientes lo mismo que yo e incluso sintiendo desconfianza algo en lo profundo de tu ser, te dice que está bien estar cerca -su seguridad me desconcierta.

-¿Por qué te apareces justo ahora? ¿Por qué no antes?

-Yo nunca he estado lejos de ti, incluso antes de este momento, siempre estuve más cerca de lo que piensas -resopla-. Nos vemos pronto Elodie.

Y sin más se marcha corriendo perdiéndose en el bosque y después de unos minutos escucho un aullido fuerte que claramente pertenece a él.

A la mañana siguiente llego tarde al club de lectura y por suerte el profesor también se retrasó, tomo asiento y me sorprende ver que William no ha llegado aún. Cuando se abre la puerta levanto mi vista del libro que estaba leyendo con la esperanza de que fuera él, pero para mi desgracia solo era el Señor Johnson, la clase avanza sin nada interesante que contar y cuando al fin suena la campana voy directo al techo, subo por las escaleras de emergencia, ya que el pasillo está lleno de estudiantes y es prácticamente imposible caminar entre ellos. Los rayos del sol golpean mi rostro y una brisa de aire me refresca.

Los Calloway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora