Capítulo 1

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Hope.

Este año no puede empezar mejor.

Para empezar mi afortunado año, me cambiaron de colegio cuando por fin comenzaba a hacer amigos y es que mis padres siempre han tenido que mudarse por trabajo, aunque mamá me dijo que esta sería nuestra última mudanza porque cree que aquí es definitivo.

Mudarse implica varias cosas, no solo es empacar tus cosas en cajas de cartón y subirlas al camión de la mudanza; implica cambiar tu horario, tu forma de vida, aprender a interactuar con gente desconocida, intentar caerles bien, ganarles la confianza, tratar de no suspender materias y que los profesores no te odien, es como pararte de manos, literalmente pones tu mundo al revés. Para mamá y papá también es difícil, mamá también deja a sus amigas y tiene que hacer nuevas y como dice ella ¨sobrevivir en el mundo de serpientes criticonas¨, también que, típico, organizan algo anualmente o semanalmente y como eres el nuevo estas en terreno desconocido y todos te tiran la lata.

Apoyo mi brazo en el borde de la ventana y coloco mi cabeza en el, mi nariz roja puede verse con claridad, hace demasiado frío en este lugar, quiero pensar que solo es así por el mes o porque es de mañana, mi chaqueta no es suficiente para calentarme y para mi desgracia la ventana está fría; a pesar de ello, tengo un lindo paisaje delante de mí, gran cantidad de arces pasan a toda velocidad delante de mis ojos, casas idénticas donde familias hacen su vida, cada una con un bello jardín y porche ,claro, la carretera negra y el paso para bicis recién pintado, un perro que no recuerdo de que raza es juega con un niño de aproximadamente 4 años, es un muy lindo cuadro ahora que lo pienso, tal vez este pueblito no esté tan mal, sonrió.

Aquí, en este diminuto pueblo, todo puede pasar.

¨Llegamos¨-papá mete el freno de mano y voltea con su enorme sonrisa-

¨Vamos, Hazi, cambia esa mueca¨- volteo la cabeza y me paso la mano por mi nariz roja-

¨Papá, hace mucho frío, es probable que no haya clase, peor aún, me siento mal, ¿Podemos volver? ¨ -hace una mueca en lo absoluto convencido y me avienta un chicle de menta, muy útil para los resfriados mañaneros-

¨ ¿Mejor? ¨

Suspiro de la manera más dramática posible sin obtener mejor resultado, papá le quita el seguro de la puerta, me obligo a poner una sonrisa y a despedirme de él y mamá, la cual iba dormida. Cruzo el parqueadero diciéndome que será como cualquier colegio en cualquier ciudad, puede que sea un mejor inicio, literalmente hay pocas posibilidades de ello pero me obligo a pensar positivamente, mamá dice que es mejor enfrentar las cosas de esa manera; recorro los pasillos y no hay ni un alma, todos deben de estar en el auditorio, sigo caminando con paso cansino porque sé que aún estoy en el tiempo, lo único que se oye son mis pasos detrás de mí que dejan una cortina de eco retumbando en las frías y blancas paredes; pongo una mueca de asco, parecen paredes de hospital, que mal gusto tienen estos diseñadores, definitivamente yo haría algo mejor, y al fin, después de dar 500 vueltas me encuentro de pie frente a las puertas del auditorio, ya no se oye el silencio, jo, que ironía, soplo un mechón de mi pelo rubio oscuro que, como siempre, se desacomoda de su lugar y después de sufrir internamente unos microsegundos entro con paso firme.

Literalmente, nadie, nota que he entrado, lo cual no me hace sentir mal, es un lugar muy grande, parece algo así como una cancha de futbol en interior y con aire acondicionado, como de ese tamaño, no es que sea experta en el futbol ni nada, pero a primera vista se ve algo así. En primera tiene un techo igual de impresionante, realmente enorme, me siento tan pequeña o tal vez es por la impresión de estar con una multitud, la verdad es que nunca me han gustado, soy una atípica adolescente de 17 años recién cumplidos que no le gusta salir y es un poco asocial, vaya lio que estoy hecha. Me acomodó en una parte de al fondo de la habitación, el suelo tiene un barnizado divino y sonrió, mastico el chicle que papá me dio mientras dejo mi maleta en el suelo y veo mi reloj, faltan 3 minutos, todos están tan concentrados en saludarse y hablar sin parar, quisiera tener lindas aspiraciones para este año, en serio, como pasar de año con buenas notas y no raspando, intentar ser menos antisocial y esas cosas; interrumpen mis buenos propósitos unos 5-6 estudiantes que entran empujándose, molestando y riendo, se ven como de mi edad, son solo chicos y todos son postes de luz, literalmente llegan al marco de la puerta. Por donde pasan hacen escándalo y ruido, solo dejan gente molesta o en el suelo, piden perdón torpemente y avanzan, llegan directamente hacia mí y bajo la cabeza por instinto, me pego contra la pared y....

¿Y si no estamos hechos cuando las estrellas se desvanezcan?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora