Estaba teniendo trabajo con mi hijo, pero sobre todo también con la idea que pensaba llevar a cabo. Alemania era un niño muy bueno, era muy estudioso, más que yo podría decirse, simplemente me enorgullece tener a un hijo como él a mi lado.
Había contratado a varias mujeres para que lo cuidaran mientras yo trabajaba, pero tal parece que no podían con mi pequeño hijo y su gran energía. Y además, yo tampoco pensaba en seguir malgastando mi dinero, y fue así que tomé la decisión de que una cuidadora no era más que un simple perder de dinero, y Alemania tendría que cuidarse solo por un tiempo.
Estoy también muy agradecido con Fascista, él solía ayudarme para que mi hijo pudiera distraerse un poco, pero ambos estábamos muy ocupados haciendo cosas más importantes, por eso mayormente, Alemania siempre estaba solo, excepto en los días de escuela y en donde iba a acampar por un par de semanas junto a otros niños de su edad los cuales sus padres eran mis amigos.
Mi hijo ahora estaba estudiando en su colegio, uno de una grandiosa calidad con profesores que tenían títulos. Mientras que, yo estaba en la casa de Fascista pasando el rato, me encontraba muy impaciente por la llegada del nuevo cuidador de Alemania.
-Oye, no te preocupes... Ya te dije que él aceptaría cuidar a tu niño mientras tú te encargas de tu trabajo, y... de otras cosas más importantes.
-¿No crees que está tardando demasiado? -dije, a mí me molestaba esperar con algo referido a esto.
-Reich, recuerda que te dije que él vivía a más de mil kilómetros -dijo mientras llevaba la taza de té a su boca-. ¿En serio piensas que puede llegar aquí en menos de un mes? -pronto comenzó a beber el té.
-Hmm... podría ser -bromeé un poco mientras divisaba ahora un retrato de su familia.
-Por favor, recuerda que las noticias que suceden aquí, no pueden llegar tan rápido a otras partes del mundo. Lo mismo ocurre en distintos lugares.
-No me creas un idiota. Sé bien que los mensajes así llevan su propio tiempo -empezaba a molestarme-. ¿Y qué sucedería si llega una carta de él, diciéndote que no tiene tiempo? Porque como tú mismo me contaste, dijiste que tu nieto tenía también un gran cargo llevando consigo en sus hombros.
-Lo conozco -su voz sonaba más relajada que la mía-. Sé perfectamente que a él le gusta distraerse. Piénsalo... ¿por qué no hacerlo con Alemania? -esta vez volví a mirarlo.
-¿Y por qué no te comunicaste con tu hijo? -quería tratar de no molestarme más.
-¿Italia? -asentí ante su nombramiento-. Sabes bien que él está con su novia viviendo en otro país.
Un incómodo silencio surgió entre nosotros, como si fuéramos completos desconocidos los cuales ni siquiera tenían un tema del cual hablar para matar el aburrimiento. Fue entonces que decidí cuestionarlo.
-Pero supongo que él no debe estar tan alejado como su... hijo, y tu nieto.
-Reich...
-Dímelo -exclamé un poco-. Él no debe estar tan lejos como su hijo, ¿o estoy equivocado? -Fascista dejó su taza sobre la mesa.
-No, no te equivocas. Pero Italia ya tiene sus problemas, y no quiero molestarlo más -él decidió proseguir-. Además, nunca me envía cartas, ni siquiera para decirme si está bien o no. Pero... supongo que eso lo averiguaré cuando Argentina llegue.
-¿Y por qué no me hablas más sobre él? -le pregunté mientras llevaba la taza de té a mi boca-. Sólo me has dicho su nombre. Quiero saber a quién estoy enfrentándome, y a quien pondré en sus manos el bienestar de mi hijo -pronto bebí un pequeño sorbo del té.
ESTÁS LEYENDO
Cuando el amor manda (Argentina x Third Reich)
RandomEl amor surge en cualquier circunstancia, con cualquier persona y, en todo caso, cuando uno cree que no puede enamorarse tan perdidamente de alguien, especialmente cuando ese "alguien" es del mismo sexo... Sin embargo el amor a veces no lo puede tod...