Omegaverse.
Chifuyu es un omega de quince años que sueña tener una casa con jardín y una relación linda.
Entra a Toman.
Y en Toman se encuentra Baji, un alfa de diecinueve años que sólo piensa en sexo.
Baji no conoce la palabra "relación linda", sin...
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Capítulo 5.
¿Han visto la escena en la que Bella Swan está sentada con su mente en blanco, viendo las estaciones pasar y pasar? Chifuyu se sentía así ahora mismo.
Excepto, que su mente no lo dejaba en paz. Veía a todos aquellos omegas entrar y salir de la clínica sin su hijo y, aunque quizá eso es lo mejor para ellos y para él, no podía pensar en el dolor físico y mental que cargaban.
¿Se sentirían igual que él?
Sus piecitos comenzaban a pegarle al suelo, tomaba sus manos juntas y mordía su labio inferior repetidas veces, sus ojitos comenzaban a picar. Se intentaba calmar, una vez que entrará ahí, saldría sin aquella enorme responsabilidad y volvería a ser el mismo. Quizá Baji ya no querría tener nada que ver con él, pero ¿eso qué importaba?
Si hace una semana se encontraba decidido, ¿Por qué ahora...?
—Chifuyu —la voz del alfa a su lado le hizo quedarse quieto, lo miró con temor —no te ves bien, ¿seguro quieres hacer esto hoy?
No, no quería hacer eso, ni hoy, quizás nunca, pero ¿qué podía hacer? Keisuke le dijo que cualquier cosa que decidiera él la respetaría. Tener a ese bebé o no.
—Sí —fue todo lo que dijo, se quedó viendo al suelo de nuevo y sintió que Baji diría algo más, pero no fue así.
—¿Chifuyu Matsuno? —Una enfermera salió de aquel saloncito, el omega alzó su mano y se sintió como en la secundaria, ¡Claro! Tenía qué pensar en sus estudios, no podía dejarlos por un bebé —. Es tú turno. Adelante.
Es amable, la enfermera, es linda y le sonríe cuando va hacía ella tembloroso y con su mente lleno de dudas.
—Toma asiento, estás temblando mucho pequeño, ¿quieres que le hable a tu alfa? —Ella lo toma de las manos, es una beta —escucha, no puedo hacer esto si te veo tan mal. Estás temblando.
No quería, no podía hacer eso. Lamentaba mucho las cargas que le traería a Baji, a sus madres, a su mamá y a él mismo, pero no podía quedarse ahí.
—N-no puedo —sollozo, la enfermera le sonrió.
—Entonces no lo hagas.
Se puso de pie y salió corriendo de ahí. Baji se puso muy rápido de pie y comenzó a correr detrás de él, el menos lloraba, quería a su mamá.
—Espera —lo llamó Baji, tomó su mano, lo alcanzó en el estacionamiento. Se asustó un poco al verlo de aquella manera —¿Qué pasó? ¿Estás bien?
Chifuyu se echó a llorar en sus brazos, no le importaba si el alfa lo aventaba o se alejaba de él, era lo que necesitaba en ese momento. Con aquello Baji pudo entenderlo todo: no lo había hecho.