La clase

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    Dándole un masaje en la espalda, Belén se sintió rentada a subir las cosas de tono, le besó el rostro a Rey y trató de usar sus armas, siempre funcionaban, quería saber si con él también.

     Con Rey las cosas siempre habían sido diferentes, no era como Rocco, que se le veía que se moría por ella, Rey era distinto, la veía con admiración, sin embargo ella sentía que dentro de él esos sentimientos de deseo existían, debajo de esa máscara de respeto.

     Mirándolo a los ojos, poniéndose enseguida de su hombro, con su cuerpo hacia él... Esa mirada penetrante y segura.

Belén: yo te voy a cuidar... Bien, no te voy a desamparar... -se acerca a él, nunca perdiendo el contacto visual y besa fugazmente sus labios, dejando su labial rojo en los de él - nunca... -le susurra y se aleja de él para soltar una carcajada y comenzar a hacerle cosquillas.

Belén: no me digas que no tienes cosquillas -le dice mientras se acomoda en sus piernas, él sosteniéndola en sus brazos-

Rey: por un momento pensé que me ibas a decir lo mismo que Amanda... Qué me querías ayudar en iniciarme en el sexo.

Belén: -lo mira con una sonrisa en su rostro y lleva uno de sus delicados dedos a sus labios, para limpiar el labial rojo que había dejado en ellos- si tú me lo pides ... Yo lo hago Rey - juega con la camisa de él, jalando los botones - eso quieres? Que te ayude a iniciarte, con una mujer.

     Teniendola en sus brazos, de repente la mente nublada de Rey entró un momento en razón, con todas sus fuerzas trató de evitar todo aquello, aunque su cuerpo gritaba por ella.

Rey: estamos muy tomados...

     La levantó, ella soltó de nuevo esa risa que parecía estar presente para ponerlo más nervioso, Belén lo abrazó y pegó su pecho al de él, aquella carcajada resonó en sus pechos y él sintió que un escalofrío recorría su cuerpo; si esto seguía así, no podría controlar sus instintos.

Belén: ay estamos demasiado tomados!!... Pero eso nos puede ayudar ... Con esto.

    Se acerca de nuevo a él y le planta otro breve beso en los labios, se aleja lo siguiente y le dice...

Belén:  para olvidar ... Nomás...

     Vuelve a acercarse a su rostro y le besa los párpados de sus ojos tiernamente, parecería un gesto simple, pero fue la gota que derramó el vaso, Rey ya no sé contuvo más... Cuando Belén volvió a tomar distancia, él la siguió... Le dió un beso en los labios y ella respondió ansiosamente, al diablo con las consecuencias, al fin salió ese Reynaldo que ella sabía que estaba dentro de él.

     Mientras la besaba, la iba empujando debajo de él, sintiendo cómo sus piernas se enlazaban a su cuerpo, manteniéndolo más cerca, sus labios exploraban su boca, luchaba con su lengua, ansioso de probar más.

     Al tenerla así debajo de él, sintió que una desesperación lo invadía, besaba su cuello como si su vida dependiera de ello, sintió la burbujeante risa de Belén y por un momento volvió a la realidad.

Belén:  espera!... Despacio, no corras...

     Rey se sentía confundido, pero quería hacerla suya, quería sentirla alrededor de él, disfrutarla... Pero también quería hacerla sentir bien, así era él, siempre tratando de complacer a los demás. La escuchó con calma, fue más lento, disfrutando de los besos y caricias.

     Ella se levantó y el siguió sus movimientos, tomándola de la cintura, mientras esperaba nuevas indicaciones ... Ahora ella estaba al mando, encima de él.

Belén:  quiero que sientas...

    Se acomodó, desenlazando sus piernas y tomando una nueva posición, estiró las piernas de él y se levantó encima de él, levantando su vestido mientras decía.

Belén:  está es la mejor herramienta contra tí.

    Se levantó en vestido, mostrándole sus partes íntimas, segura de sí misma, con una sonrisa coqueta en el rostro, satisfecha al ver la cara de admiración que él tenía.

Belén: cierra los ojos ... -susurró ella mientras bajaba y se acomodaba encima de él -

Rey: eres una mujer muy hermosa...

Belén: no me veas...

Rey: quiero verte..

Belén: -le pasó la mano por el rostro, cerrando sus párpados - quiero que sientas ... Respira ... No juzgues nada ... Nada de lo que pase está noche está mal...

     Le abre la camisa y comienza a besar su pecho, Rey emite un gemido, su cuerpo se derrite ante las atenciones de su madrastra.

Belén: déjame enseñarte cómo usarme... Y cómo conseguir placer y cómo dar...

     Se inclina dejándolo por un momento, toma un hielo y se lo pone en esos hermosos labios, se vuelve a inclinar sobre él, pasando el hielo con sus labios por su pecho... Una combinación de frío y caliente que lo hace estremecer... Cuando vuelve a subir hacia su rostro, tira el hielo que trae y la besa, apasionadamente .. ahora ella encima, con el poder en sus manos, lo enseña a mover su lengua dentro de su boca, mientras sus manos exploran cada curva en su cuerpo.

La madrastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora