Desesperación,descontrol,desaparición..

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*7:00 am*

Los cachorros se encontraban en la sala muy emocionados, ya que ese fin de semana vendría de visita unos viejos amigos.

-¡No puedo esperar a que Tuck y Ella lleguén!- grito emocionado un labrador.

-Pues habrá que atenderlos bien- Rio Chase- Oigan ¿Saben dónde está Ryder?.

-Creía que tú sabrías, yo no lo e visto por ningún lado, te iba a preguntar a ti de hecho - digo el peligris cogiendo una galleta del plato que se encontraba en la mesa.

-Pues yo no lo e visto, ¿alguien lo a visto? - Todos se miraron serios, al parecer nadie lo había visto desde ayer por la noche- ¿Marshy?

Este nego con la cabeza, se podía ver en sus ojos azules su clara preocupación, y eso ponía nervioso a Chase.

-Debe a ver salido, o tal vez siga en su cama- Todos voltearon  a ver a aquel bull dog- ¿Verdad?.

-Chase creo que Rubble tiene razón, te estás preocupando mucho- la cockapoo tenía razón, se estaba exaltando, eso solo preocuparía al resto del equipo.

Chase se quedó unos minutos en silencio- Tienes razón, mejor, iré a dar un paseo.

Chase salió del cuartel tras agarrar su chaqueta, quería despejar su mente un rato,  la verdad era, que Chase se había vuelto un poco mucho dependiente de Ryder, al ser el primer humano con el que tuvo aquel cariño, tenía miedo de perderlo.

-¡Chase!- Oyó que una dulce voz grito su nombre, una voz que reconocería a kilómetros.

-¿Marshy?-digo tras voltear se.

-¿Que? ¿A dónde vamos?- el dálmata ya estaba a su lado.

-¿Vamos?- pregunto con extrañesa y diversión.

-¡Si! ¿O que? No creo que tengas un poco de diversión estando tu solo, ¡Ven! ¡Vamos a divertimos!- Marshall, como siempre, jalo el brazo de Chase para llevarselo.

Caminaron unas cuantas cuadras, en realidad no sabían a dónde se dirigían, pero a ninguno le importo, para ambos, la compañía del otro era especial, no les importaba si llovía, nevara, hubiera sol, frío o calor, querían estar siempre juntos.

-¿A dónde me llevas? - dijo riendo, le encantaba cuando Marshall se comportaba así con el.

-No se, perooo que importa, ¡uh! ¡Ya se!- grito entusiasmado- ¡Ven! ¡Sígueme!.

Marshall salió corriendo, acto que Chase siguió, no sabía a dónde quería llegar el dálmata realmente, pero el encantaba que Marshall estuviera así de feliz. Chase logro alcanzar a Marshall y se dedicaron a disfrutar de su paseo a solas; pasaron unos cuantos minutos hablando de cualquier cosa, hablando sobre la vida. Hasta que Marshall vio a lo lejos que ya estaban cerca.

- Ya casi llegamos- se adelantó un poco- vamos- Marshall le tendió la mano a Chase, este último, solo pudo ponerse un poco nervioso, desde hace un tiempo se sentía así con Marshall ¿Que le pasaba?, dejo de pensar en eso y acepto tomar su mano, era muy cálida y suave.

Los últimos pasos para llegar fueron calmados, no se dirigían la palabra, pero no era incómodo para ninguno de los dos. Al subir una colina un poco alta, Chase pudo observar un pequeño lago, era muy pacifico y muy lindo.

- Aquí estamos, ¿No es hermoso? - dijo con emoción el dálmata.

-Si, es hermoso.. - dijo aquel pastor alemán mirando dulcemente al dálmata, dejo de mirarlo rápidamente al darse cuenta de lo que hacía ¿Por qué se comportaba así con el?.

- ¡Vamos a divertirnos! ¡A eso vinimos! ¿no? - jalo nuevamente a Chase ¿Que tenía con su brazo?.

Marshall jalo a Chase hasta el lago y empujándolo fuertemente lo tiro al lago.

Viles Mentiras, Crueles Engaños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora