I.

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Jimin se encontraba a si mismo acostado sobre la cama de su mamá, se sentía asustado, preocupado y sin dudas, desolado.

Su abuelita acaricia su cabello con suavidad, desenredaba los nulos enredos en el cabello de Jimin, ambos estaban despiertos.

No había pasado ni una hora en lo que empacaron solo pocas cosas de todo lo que tenían en aquella humilde casa en donde había pasado la mayoría de su vida, si no es que toda.

El omega dio vuelta en la cama, quedando recargado en el vientre de su abuela, y sus sollozos salieron a relucir.

Jimin se aferró con fuerza a su abuelita, por primera vez en años se permitió sentir, si, era padre pero también tenía este pequeño cachorro asustado que necesitaba dejar de ser un adulto de vez en cuando.

El ahora tenue aroma de su abuelita que por la edad comenzaba a perder potencia, lo consoló, así fuera poco, se encontraba en el aire, las feromonas lo cubrieron.

¿Que haría un día sin ella?

Después de unos minutos, se puso de pie, observó a su madre que ahora yacía dormida, aprovechando su momento a solas, camino para poder salir hacia la entrada de su "hogar"

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Después de unos minutos, se puso de pie, observó a su madre que ahora yacía dormida, aprovechando su momento a solas, camino para poder salir hacia la entrada de su "hogar"

Camino un poco encontrándose con el frío clima de su amado Busan, un Busan que nunca lo había tratado bien, pero al que le hubiese gustado aferrarse aún más.

Un suspiro salió de sus labios, dejando el humo esparcirse.

Camino un poco para poder dirigirse a su lugar favorito desde que era un niño, su propia playa particular, así es como el la llamaba, ya que no mucha gente conocía de ese lugar.

Este lugar lo había visto, cuando después de dar su primer beso y el y su lobo se habían emocionado tanto que corrió hasta aquí.

Cuando tuvo la primera pelea fuerte con su abuela.

Cuando supo que el había sido una apuesta para aquel que consideraba su futuro.

Cuando supo que esperaba a Yeonjun.

Cuando había decidido que no lo tendría y lo daría en adopción.

Cuando no pudo, y le rogó perdón a la Luna por haberlo siquiera pensado.

Cuando perdió su empleo.

Y justo ahora que debía dejar su país y entrar a otro de manera ilegal para poder sobrevivir.

De eso había tratado su llamada con su mejor amigo esa noche.

Taehyung llevaba más de algunos años viviendo con su actual esposo Jungkook en Estados Unidos, se habían ido de la misma manera en la que ahora el mismo planeaba, Taehyung había quedado embarazado desde que ambos aún eran adolescentes, sus padres los terminaron corriendo de sus casas.

Sin opciones, sin poder trabajar y sin estudios, Jungkook consiguió contactarse con un conocido beta, "que conseguía papeles chuecos", ósea falsificaba documentación para que pudieran aumentar sus edades, y sus permisos de viaje.

Chicago •Yoonmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora