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Alastor estaba sentado en el sillón con el ceño fruncido mientras veía a Asher. Seguía con su sonrisa pero se le veía la molestia en sus ojos.

- ¿Porqué viniste niño?  - Pensaba el demonio mientras rodaba los ojos y se quedaba callado.

- ¿Qué haces aquí mocoso? - Pregunto Husk mientras se cruzaba de brazos viendo a Asher, cuando era un señor supremo tuvo el gusto de conocerlo.

- Es un gusto para mi verle otra vez, tío Husk. Veo que sigue igual de alcohólico. - Dice mientras lo mira con la ceja alzada - ¿En el infierno se puede volver a morir de congestión alcohólica?

Husk miro al chico molesto mientras se cruzaba de brazos y se bebía un gran trago de su bebida.

- Mocoso insolente... - Dijo mientras bebía de su botella de mezcal.

Asher solo sonrio mientras le levantaba el dedo medio a su "tío Husk".

El demonio gato le devolvió el gesto con una cara de enojo.

- ¡Bueno! Que agradable sorpresa -Dijo Alastor mientras se levantaba y miraba a Asher - Sin embargo, tengo una pregunta, querido amigo. - Dijo mientras jugaba con su bastón-micrófono - ¿Porqué estás en nuestro hotel? Tengo entendido que tu estas más que orgulloso de todos tus pecados

Dijo mientras le lanzaba una mirada intrigada y amenazadora. No le daba buena espina.

- Oh me gustaría decirte cariño mío, pero son asuntos personales - Dijo y luego sonrio de manera soberbia - Pero puedes vigilarme si quieres. Me encanta tener tu atención.

Dijo guiñandole un ojo de manera coqueta, haciendo que empezaran a sonar ruidos de distorsión. Todos miraron nerviosos el acontecimiento, bueno, todos excepto Nifty quien parecía muy... animada.

- ¡Ja! No perdería mi valioso tiempo en alguien tan mediocre. - Dijo mientras avanzaba moviendo su bastón entre sus manos  -

- ¿A quien le dice mediocre? Cariño por más que te ame no me voy a quedar callado... - Dijo mostrándose intimidante, pues apesar de todo Asher también tenia mucho poder, no tanto como los señores supremos, pero si mucho.

- ¡No me llames mediocre, maldito venado rojo! - Le grito sin poder contenerse. Y es que para Asher era muy difícil, ni aunque fuera el amor de su no vida, no podia controlar sus impulsos. -

Los instintos de presa de aquel demonio casi lo hace estremecerse... Casi, pues el nunca iba a dejar que lo vieran vulnerable. No lo merecían.

- Le pido de manera amable que controle sus instintos tan vulgares... - Dijo con calma mientras ladea la cabeza - Absténgase de que lo corramos de este lugar.

Dijo con una sonrisa aterradora que hizo que todos se encogieran en su lugar.

- Oh, algún día te van a gustar esos actos vulgares... - Dijo con una sonrisa perversa en su atractivo rostro - Te puedo asegurar eso, cariño mío

El demonio radio frunció el ceño molesto mientras desviaba la mirada tratando de no dejar salir su poder y llegar a herir al joven diablillo.  Lo que menos le convenía en esos momentos era una guerra con Carmilla.

Por ahora lo iba a dejar... haber que tal iban las cosas. Lo tendría vigilado y custodiado. Por si acaso...

Venado rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora