Ahí estaba Lee Felix, apoyado contra una de las frías paredes de aquella inmensa y solitaria casa, encorvado sobre sí mismo con las rodillas pegadas al pecho y la cabeza enterrada en ellas. Su cuerpo temblaba con cada sollozo que escapaba de sus labios, mientras las lágrimas resbalaban incesantemente por sus mejillas y caían al suelo sin ningún sonido.En su mente no había más que un pensamiento punzante: lo que encontró en aquella oficina. Cada vez que cerraba los ojos, veía esas letras tan claras, tan devastadoras: “Divorcio”. No podía dejar de pensar en todo lo que había soportado durante su relación con Hyunjin para llegar a este punto. Una avalancha de recuerdos dolorosos le golpeaba con brutalidad, dejándolo atrapado entre el presente y los fragmentos de un pasado que ahora le parecía una mentira.
Aunque, si era sincero consigo mismo, era algo que siempre había esperado, ¿no? Desde el principio sabía que nunca sería suficiente para nadie. Solo era cuestión de tiempo antes de que Hyunjin decidiera abandonarlo, como siempre lo habían hecho los demás.
El pensamiento fue como una daga que perforó su pecho, trayendo consigo una opresión insoportable. Le dolía, no solo emocionalmente, sino también físicamente. Era como si pequeñas agujas se clavaran en su corazón, una tras otra, sin descanso.
El oxígeno comenzó a faltar. Sus manos buscaron desesperadamente aire a su alrededor, pero sus pulmones se negaban a responder. Sabía lo que venía. Había experimentado ataques de pánico antes, pero nunca así, nunca con este nivel de intensidad. Su cuerpo empezó a temblar violentamente mientras hiperventilaba, incapaz de detener el torrente de emociones que lo aplastaba.
Sentía impotencia. Cada fibra de su ser le rogaba detenerse, pero no podía. Cuando menos lo esperaba, su visión comenzó a nublarse, la habitación a su alrededor perdió definición, y, finalmente, todo se apagó.
~ Cuatro años antes ~
Para entender cómo Lee Felix llegó a este punto, es necesario retroceder en el tiempo, a cuando conoció al hombre que cambiaría su vida para siempre: Hwang Hyunjin.
Félix tenía solo diecisiete años cuando lo conoció, y Hyunjin, con veinte, era todo lo que cualquier omega soñaría en un alfa. Alto, de tez pálida y cabello negro que parecía caer como seda sobre su rostro, destacaba por un lunar debajo de su ojo izquierdo que acentuaba su perfección. Sus labios tenían forma de corazón, y sus ojos oscuros eran como la noche, misteriosos y profundos.
Era callado, casi distante, y su afecto físico era nulo. Pero nada de eso importaba. Para el mundo, y especialmente para un joven omega como Félix, Hyunjin era el epítome de la perfección, el alfa soñado. Tenerlo como prometido era como tocar el cielo con las manos.
En contraste, Lee Felix era un chico de cabellera rubia y rizos suaves, con pecas que adornaban su rostro de piel acanelada. Sus ojos avellanados tenían un brillo especial, una chispa de vida que parecía inquebrantable, aunque escondía más de lo que dejaba ver. Era carismático, encantador, alguien cuya sonrisa podía iluminar una habitación. Pero, para su propia familia, eso no era suficiente.
Los Lee deberían sentirse orgullosos de tener un hijo como él, pero la realidad era cruel. Felix nunca fue suficiente para ellos. Al ser el menor de tres hermanos, cualquiera habría esperado que recibiera cariño y atención. Pero para sus padres, su única existencia como omega era un defecto imperdonable.
Su hermano mayor, Lee Taeyong, era un alfa puro, el orgullo de la familia. Su hermana, Chaewon, era una omega con un futuro brillante. ¿Pero Felix? Él solo era un omega. Para sus padres, ser un omega equivalía a ser “inservible”.
Desde pequeño, Félix intentó ganarse su aprobación. Era el mejor estudiante, el más disciplinado, el más amable. Hacía todo lo posible por demostrarles que su condición de omega no lo hacía inferior. Pero no importaba cuánto se esforzara, sus padres nunca vieron más allá de esa etiqueta.
“¿Tan malo es ser un omega?”
Esa pregunta resonaba en su cabeza desde que tenía memoria. ¿Por qué ser un omega era algo que lo hacía indigno? A pesar de todo, Félix nunca los odió. Los amaba, como cualquier hijo ama a sus padres, y por eso dolía más. Deseaba que las cosas fueran diferentes.
Con Chaewon y Taeyong siempre tuvo una relación peculiar. Amaba a su hermana, que, aunque no siempre entendía por lo que él pasaba, era amable con él. Su hermano, en cambio, era distante, pero no cruel. Sin embargo, siempre estaba presente la sombra de las comparaciones, un peso que Félix cargaba día tras día.
Hyunjin había llegado a su vida en un momento en que Félix ansiaba ser amado. Lo veía como su oportunidad de ser algo más, de demostrar que podía ser valioso para alguien, incluso si no lo era para su propia familia. Hyunjin era su amor a primera vista, el alfa que representaba todo lo que Félix creía necesitar para llenar el vacío que lo consumía.
Pero tener a un hombre como Hyunjin a su lado no fue gratis. Había un precio. Un precio que Félix estaba dispuesto a pagar, incluso si eso significaba perderse a sí mismo en el proceso.
Holis cómo están lamento
Mucho el retraso pero tuve algunos
Problemitas para escribirlo pero ya está,
Al igual que agradezco a mi amiguita
Por apoyarme y ayudarme con las correcciones^^.
Sin más que decir nos vemos♡
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I will never be enough for you
Fanfiction"y al final del día nunca seré suficiente para ti" cuando Lee felix es obligado por su familia a casarse con Whang hyunjin por un contrató de beneficio mutuo,pero más sin embargo muchas cosas del pasado resurgiran,¿cuanto podrá aguantar felix,por...