𝗤𝘂𝗲𝗿𝗶𝗱𝗮 𝗠𝗮𝗿í𝗮 | ❝I miss you, dear sister ❞

A letter for you

Querida María,

Mi corazón se sumerge en un océano de melancolía mientras te escribo estas palabras.
Cada día que pasa, tu ausencia se hace más intensa, como un agujero negro que consume mi ser.

Ha pasado tanto tiempo desde que te fuiste, y aún siento tu presencia en cada rincón de mi ser. Aunque el tiempo ha intentado borrar los recuerdos, tu imagen y tu voz siguen vivas en mi memoria.

Cuando te conocí por primera vez en la colonia espacial ARK, nunca imaginé que nuestro encuentro marcaría el comienzo de una conexión tan profunda. Pero la vida nos jugó una mala pasada, y fuiste arrebatada de mi lado demasiado pronto. La tristeza, el dolor y la frustración que sentí en ese momento son indescriptibles. Me sentí perdido, como si mi propósito en este mundo se hubiera desvanecido junto contigo. Por un tiempo, me dejé llevar por la oscuridad que habitaba en mi interior, y cometí errores de los que aún me arrepiento.

Querida María, perdóname,
perdóname por aquel fatídico día en el que intenté acabar con la tierra, aún cuando te prometí que la protegería, aún cuando sabía que era algo que tanto apreciabas. La rabia y la confusión nublaban mi juicio, y creí que destruir todo a mi paso sería la única forma de aliviar mi dolor,
de vengarte. Eras tan solo una niña inocente, no puedo decir que realmente he perdonado al mundo por lo que te hizo, pero reconozco que hice mal al intentar destruirla.

Pero en medio de esa oscuridad, un erizo azul valiente llamado Sonic se cruzó en mi camino. Nuestro encuentro no fue amistoso en un principio, pero a medida que nuestras batallas se sucedían, algo comenzó a cambiar dentro de mí.

Es extraño, pero cada vez que lo veo siento como si estuvieras cerca, es como si su presencia me recordará a ti algunas veces. Soy consiente de que él no es tú, pero aún así me recuerda tanto a ti. Quizás sea su amabilidad y valentía, o quizás su carisma, tal vez el hecho de que me aceptó tal cual soy, se esforzó tanto para hacerme entender de que podría tener un nuevo comienzo, tener un hogar y una familia. Finalmente recapacité, y aunque sigo siento algo reservado, créeme que intento dar lo mejor de mí todo el tiempo.

Me presentó a sus amigos, y todos ellos se convietieron en mi familia, compartimos risas, aventuras y momentos de valentía. Juntos, enfrentamos desafíos que ni siquiera podríamos haber imaginado. Encontré la amistad y el apoyo que tanto necesitaba.

A través de Sonic y nuestros amigos, aprendí el verdadero significado de la compasión y el perdón. Me enseñaron que el pasado no define quiénes somos, sino las acciones que tomamos en el presente.

Sin embargo, en medio de la felicidad que mis amigos me brindan, siempre hay un temor latente en mi corazón...
El miedo de perderlos, de quedarme solo una vez más, me atormenta en los momentos más oscuros. Soy un ser inmortal, pero ellos no lo son. Cada vez que la idea de enfrentar la soledad sin la luz que ellos me brindan cruza mi mente, siento un nudo en la garganta y un dolor insoportable en mi cabeza y pecho. El simple hecho de saber que los veré perecer me hiere en lo más profundo de mi ser. Intento seguir adelante y disfrutar cada momento que tengo con ellos, pero el pensamiento de su inevitable despedida me atormenta.

Se que cometí errores en el pasado, pero he trabajado duro para redimirme y honrar tu memoria.

María, cada día que pasa, siento tu ausencia de una manera más profunda. Me pregunto cómo habría sido nuestra vida juntos si las cosas hubieran sido diferentes. Me arrepiento de no haber podido hacer más en aquel momento en el que te fuiste, sigo en lo que pude haber hecho.
Todas las noches me atormenta la misma pregunta sin respuesta...

Si yo no hubiera sido creado, ¿nada de esto habría sucedido?

Aunque en vano, pues se dice que el pasado es un territorio inalcanzable.

Tu partida me ha dejado con un vacío en el corazón, un vacío que nunca podrá ser llenado por completo. Pero también me has dejado con un legado de amor y compasión. Tú no eras sólo una amiga, eras mi hermana, mi familia.

Querida María, aunque ya no estés físicamente conmigo, sé que siempre estarás en mi corazón. Tus recuerdos y nuestro vínculo perdurarán para siempre. Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar, y espero que algún día, en algún lugar más allá de este mundo, nos volvamos a encontrar.

Con todo mi amor y gratitud,

Shadow.

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Es inevitable que en algún momento de nuestra vida experimentemos la pérdida de alguien muy especial. A menudo nos cuestionamos por qué el destino nos lleva por ese doloroso camino, llegando incluso a sentir rabia hacia el mundo y desahogando nuestra frustración con quienes no tienen culpa alguna, o incluso llegando a culparnos a nosotros mismos por ello. El dolor es intenso, sin duda, pero es importante recordar que, aunque físicamente ya no estén a nuestro lado, su memoria y legado perdurarán eternamente en nuestra mente. Es posible que nunca logremos superar por completo esa ausencia, pues seguirá latente en nuestros corazones. La mejor manera de honrar a aquellos que nos dejaron es seguir adelante, manteniéndolos vivos en nuestros recuerdos.