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Rara vez se tomaba un tiempo para desempacar todas sus cosas, solo lo imprescindible a la hora de ir a la escuela. Las constantes mudanzas se han vuelto parte de su vida, lo que le impidió encariñarse con algún lugar. Ni siquiera logró volver a experimentar la sensación que alguna vez le dio el tener su propio cuarto, ya que al final de cada año tendrían que dejarlo atrás y buscar un nuevo hogar. Se siente como si estuvieran huyendo de la nada en particular, ya que nunca existió una amenaza real, ni una persona, ni una situación, ni siquiera un desastre, al menos eso fue lo que llegó a comprender. 

Sin embargo, el área de trabajo siempre fue el mismo. Tiene más recuerdos ahí que en cualquier otro lugar; rostros, conversaciones, voces, algunos frecuentes, otros nuevos. Realmente no le importaba. Siempre le ha gustado interactuar con ellos, a pesar de que se le ha repetido hasta el cansancio que debe separar lo personal de lo profesional. Nunca logró entender completamente lo que eso significaba. Simplemente daba la información que le pedían, y seguía órdenes al pie de la letra. ¿Acaso las sonrisas están de más? ¿Era lo mismo con las preguntas casuales para romper el incómodo silencio? Siempre pensó que le gustaría ser tratada de esa manera, pero ella no es una cliente, solo es una empleada más. ¿Verdad?

Eso fue despertando en ella una nueva inquietud: el tener que ser observada mientras realizaba cualquier tipo de actividad, por el simple hecho de ser juzgada. A nadie le gusta que lo critiquen, mucho menos si la persona que lo hace se trata de alguien cercano. Para alguien cuyo concepto de la verdad aún se encontraba en un largo proceso para estar completo, podría ser influenciado por cualquier cosa del exterior. No sería la primera vez que algo así llegara a suceder. Después de todo, su forma de ver el castigo pasó a ser de miedo puro. Ni siquiera podía esperar un bien material de eso como debería ser. Lo único que podía rogar sería una pizca de atención y, si tenía suerte, reconocimiento de parte de sus padres. Pensó que se trataba de algo normal, algo por lo que simplemente estaba exagerando, actuando como una "niña mimada", no deseaba dar ese tipo de imagen, sabía que era una especie de sentencia, quizá de por vida, pues según lo que le han dicho, ese tipo de niños no tenían solución, pues se les ha acostumbrado a recibir todo tipo de bienes, por eso empezó a rechazarlos, aunque pocas eran las oportunidades en las que se le permitía elegir. Mejor para ella. Realmente no. Muy en el fondo, también quería experimentar lo que era dormir pasada la hora límite, comer más de lo que debía cuando su hambre no estaba saciada, jugar con su familia, ver alguna película que ella escogiera, aunque terminara siendo mala. Sentiría esa libertad. 

No odiaba la presencia de su familia, claro que no, los amaba más que cualquier cosa en el mundo, quizá podía contar con ellos.

Pero no dejaba de pensar en como sería ocupar un pequeño lugar en la vida de alguien, dejar de ser una simple espectadora, pues aún teniéndolo todo, lo único que deseó fue un amigo con el que no existiera lo "profesional", solo algo personal.

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⏰ Última actualización: May 16 ⏰

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