My love - Billie Eilish X Male OC

2 / Adaptación

Billie Eilish

El chico se acercó a Kiara, la cuál no paraba de abrazarlo con mucho entusiasmo y cariño.

—¡Te extrañe mucho! — decía Kiara.

—Yo también te extrañe, pero ya te dije qué está mal escaparte de tús cuidadores. Por favor, qué no se vuelva a repetir — dijo ese chico, Benjamín.

—Tranquilo, estuve en buenas manos — Kiara volteó a verme cuándo terminó de hablar —. Ella me cuido muy bien.

Benjamín me miró con una mirada que parecía clavarse en todo mí ser. Era claro qué me miró de pies a cabeza, eso me puso un poco nerviosa.

Era de las pocas veces en las que alguien me miraba con ojos tan fríos e indiferentes.

—Hola... — saludé en pocas palabras.

¿Qué más iba a decir?

—Lamento si Kiara causó muchos problemas, es una pequeña muy energética — dijo Benjamín mientras miraba a su hermanita, con una mirada qué parecía estar castigandola.

—Para nada — dije —. Se portó muy bien, es muy tranquila.

—Bueno, eso depende de la persona con la qué se sienta segura, o algo así — dijo él —. Kiara, despidete de la chica.

Kiara se acercó a mí, e hizo una seña con los dedos para qué me agachara un poco.

—Adiós, Billie — la pequeña me abrazó, rodeandome con sus brazos.

—Adiós, Kiara, cuidate mucho — le devolví el abrazo.

Kiara se volvió con la mirada hacia su hermano, y se acercó a él, tomandolo de la mano.

—Gracias por cuidar de Kiara — dijo él —. Adiós.

Al terminar de despedirse, ambos se alejaron en dirección por dónde los jugadores del equipo salían para no mezclarse entre lo aficionados.

Veía cómo Kiara miraba sonriente a su hermano mientras seguía agarrando su mano, parecía la escena final de una película en dónde los protagonistas se iban a vivir su vida tranquilamente.

«Siento qué me olvido de algo...» pensaba, y lo recordé a los pocos segundos.

«¡Carajo!» olvidé de reclamarle a Benjamín por dejar a Kiara con unas personas qué parecían tener cero tacto en esas cosas.

Qué lástima, está podría ser la última vez qué veré a Kiara. Es una buena niña.

Durante el viaje de regreso a casa, Finneas me preguntó algunas cosas, de las cuáles no prestaba mucha atención. Tenía mis pensamientos en otro lado.

—¿Qué te pareció el partido? — preguntó.

—Mm, estuvo bien, pero no es algo qué volvería a hacer, eso de ir al estadio para ver a los equipos jugar — respondí mirando por la ventana del auto.