5. Amigos

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Narrador

Benjamín Bravo se recostaba en una manta sobre el pasto, con la mirada perdida en el cielo de Los Ángeles.

Su hermana, Kiara, estaba sentada a su lado, abriendo una cesta de picnic llena de bocadillos. Ambos disfrutaban del día soleado en un parque tranquilo, lejos de las luces del estadio y de la rutina de sus vidas.

—Che, ¿trajiste las empanadas o te las olvidaste? —preguntó Benjamín, mirando de reojo a Kiara.

—Obvio que las traje —respondió Kiara con una sonrisa burlona—. Pensé en todo. Vos relajate que hoy no te toca correr atrás de una pelota.

Benjamín sonrió, agradecido por un momento de paz sin entrenamientos. El viento suave acariciaba el parque, cuando de repente, una figura conocida apareció caminando a lo lejos.

Billie Eilish se acercaba con su distintiva ropa holgada y su perro, un golden retriever, trotando alegremente a su lado.

—¡Billie! —gritó Kiara, levantando la mano para saludar.

—¡Hey! —Billie respondió, agitando la mano mientras se acercaba—. ¿Listos para un día de cero preocupaciones?

El perro de Billie, llamado Shark, llegó primero, lanzándose hacia Benjamín y lamiéndole la cara.

—¡Ey, Shark, tranquilo! —se rió Benjamín, apartando al perro con suavidad—. Me parece que me extrañó más de lo que vos, Billie.

—Seguro que sí —dijo Billie mientras se dejaba caer sobre la manta junto a ellos—. ¿Cómo andan los Bravo?

—Todo tranqui —respondió Kiara, ofreciendo una empanada a Billie—. Tomate una de estas, que seguro no probaste algo tan bueno en tu vida.

—¿Empanadas caseras? ¡Me encanta! —Billie aceptó la comida con entusiasmo y le dio un mordisco—. Oh, esto está increíble.

—Viste, te dije —se jactó Kiara, riendo—. Tenés que aprender a confiar más en las tradiciones argentinas.

Shark, mientras tanto, empezó a correr en círculos alrededor de ellos, y Billie lo miró con una sonrisa.

—A veces creo que ese perro tiene más energía que yo —comentó Billie, rodando los ojos—. Debería ser él el que esté en un equipo de fútbol.

—Mirá, si Shark puede hacer jugadas mejores que las mías, yo mismo le doy mi lugar en el Galaxy —dijo Benjamín, haciéndose el serio.

—Ja, no exageres, Benja. Sos de los mejores que hay —replicó Kiara, lanzándole una almohada de picnic en broma.

—Bueno, bueno, no empecemos con los elogios —Benjamín atrapó la almohada y la usó como escudo—. Prefiero hablar de cómo Kiara casi se tropieza trayendo la canasta.

—¡Eso no fue mi culpa! —se defendió Kiara—. ¡Había un bache en el camino! Casi termino desparramada por todo el parque.

—Por eso te dije que deberías jugar fútbol —bromeó Billie—. Te entreno, te metemos en el equipo de Benja y ganamos la liga.

—Ja, me encantaría, pero soy más de los deportes mentales, ¿sabés? Tipo... ¿juegos de mesa, tal vez? —respondió Kiara con una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

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