¡ME MUDO!

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NARRA SOPHIE:

Hace dos años mi vida dió un vuelco por completo. Aunque mi padre muriera en un accidente de coche y tuviera que dejar todo mi pasado atrás,  y me mudara a Estados Unidos a trabajar, a día de hoy,  conseguí uno de mis sueños, pero no uno cualquiera, no.

¿Quién me hubiera dicho a mi que con 18 me convertiría en la primera mujer más joven en ganar el Miss Bum Bum, el premio a la mejor modelo internacional del país? ¿Quién hubiera pensado que una tragedia podría convertirse en el trampolín para mi éxito? ¿Se puede realmente dejar atrás el pasado cuando los recuerdos siguen hacechando cada esquina de mi nueva vida? Son preguntas que me he llegado a preguntar, pero la que más me interesa es: ¿y acaso alguien habría apostado a que una joven sin experiencia previa podría alcanzar las cimas más altas del glamour internacional?

Pero de qué me ha servido todo esto, si en un abrir y cerrar de ojos, el destino iba a cancelar todos mis planes con el mundo de la moda, haciéndolos así que se quedaran en una cuerda floja que no había manera de tensar. Y así es como este fatum, me hizo despedirme de esta corta pero bonita carrera, de esta maravillosa ciudad, de mi casa, de mis amigas y compañeras de habitación, pero sobretodo de esta experiencia que llevaba deseando de hace tiempo, y que espero que no sea un adiós, sino un hasta pronto.

Y es que hoy por la mañana, me han llamado comunicándome que me querían contratar para un trabajo, el cúal siempre pensé que nunca llegaría a aspirar. Me lo pensé dos veces, pero habá una vozecita en mi cabeza que una y otra vez repetía la misma frase, y era clara. ME MUDO. Es imposible rechazar semejante oferta.

Empecé a mirar vuelos para la mañana siguiente y encontré uno que salía a las 8 de la mañana. Cogí ese y me fuí a preparar las maletas: empezando por los productos del baño y acabando por el armario.

 Cogí ese y me fuí a preparar las maletas: empezando por los productos del baño y acabando por el armario

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Una vez hecho todos, reuní a mis amigas en una cafetería para darles la inesperada noticia:

- ¡Hola chicas! Os preguntaréis porque os he reunido aquí.

- Me estás asustando. ¿Para hablar y tomar algo, no? - preguntó mi amiga Olivia con la cara pálida y la voz temblorosa.

- Sí también, jajajajajja - contesté yo para relajar un poco el ambiente, que resultaba incómodo.

- ¿Entonces? ¿Qué nos tienes que decir? - preguntó curiosamente mi otra amiga Emma.

- A ver....cómo lo explico. Voy al grano. Hoy me han enviado una oferta de trabajar y me tengo que mudar a otro país mañana.

Hubo dos minutos de pura lágrima y otros de silencio.

- De verdad chicas lo siento mucho, no me quería despedir de esta forma. Ha sido una de las decisiones más dificiles de mi vida, pero necesitaban respuesta immediata.

- No pasa nada, eso no son penas y seguro que nos volveremos a ver muy pronto - contestó Emma más animada.

- Bueno, si te vas mañana... ¡aún hay tiempo para la última fiesta! ¿Salimos esta noche?

- Venga va - djimos todas a la vez. A las 10 en ClubHouse Bistro.

No me pareció mala idea. Sabía que estaba mal y que quedaba de chica irresponsable y immadura. Pero iba a estar aburrida y yo soy muy fiestera, y que mejor manera de despedirse, que bailando hasta las tantas de la madrugada con buena música y buen royo. Total, que me despedí y me fuí a mi casa para prepararme. 

Me duché, cené, me peiné y me maquillé. A las 9:30 salí de mi casa y me pillé un taxi tan rápido como pude, porque había un trayecto desde mi casa a la estación de taxis, y un caminito desde ésta hasta  la discoteca. No me creereis, pero soy tan lenta que antes de irme de mi casa, cojí una bolsa con la ropa de fiesta dentro de ella para cambiarme, y eso hice. Me pusé un vestido rojo ajustada bien sexy con ropa interior negra de encaje y unos taconazos negros. Vamos para liarme con alguien. Iba tan guapa, que yo creo que hasta el taxista se enamoró de mi. Eso sí era un cerdo, porque me miró por el retrovisor y me hizo ojitos. 

Llegé a mi destino, le pagué a ese señor y me dirigí a la entrada, donde estaban mis amigas esperando

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Llegé a mi destino, le pagué a ese señor y me dirigí a la entrada, donde estaban mis amigas esperando. 

El vigilante de fuera nos dió permiso para entrar y en ese momento: 

- Di dos palmadas. PUTIVUELTA chavalas. Me voy a la barra a pedir alguien viene conmigo?

- NO, prefiero quedarme aquí bailando que ahora no me apetece beber - contestaron las dos.

Pues nada. Me fuí a la barra y como no quería beber alcohol ya que mañana tenía un vuelo, me le pido una coca-cola al camarero. Pero en ese preciso instante, un chico de mi edad bastante guapo que ya venía observando desde hace rato, soltó...

- ¿Cómo una chica tan guapa como tú puede beber eso? Camarero, ponga aquí dos roncolas bien cargados por favor, que invito yo.


Uy uy, uy... ¿Qué pasará en esa fiesta? ¿Qué pasará con el chico misterioso?

ENTRE TÚ  Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora