En la cima de un puente, muy temprano, note como el cálido y fúlgido brillo del sol alumbraba justo a unos edificios, solo a unos les daba ese brillo, ese calor... A su lado, muy cerca, había otros en completa oscuridad, era una imagen significativa de que así me sentía yo. Opaca, la luz no me estaba tocando a mi, tal cual como a esos otros edificios.
Quizás yo debía esperar que el sol saliera para mí. Pero ¿Llegaría pronto? ¿Cuántos amaneceres debí aguardar? Estaba fallando como mi propio salvavidas, me estaba ahogando. A mi mente estaban llegando pensamientos invasores sobre: ¿Y si todo el tiempo el problema fui yo? ¿Por qué soy alguien tan reemplazable? Yo me sentía como ese lápiz que se parte su punta y como no tienes un sacapuntas a la mano solo lo dejas allí y buscas un lápiz nuevo. Así era como funcionaba para mí.Saben, cuando alguien lograba herirme y al poco tiempo se disculpaba, el perdón era nulo... ¿Para que servía ese perdón? Ya no era válido después de que tuve un completo nudo en el la garganta, lo sentía tan enorme, mi pecho palpitaba rápidamente y mi pierna derecha temblaba, controle las miles y abrumadoras lágrimas que querían soltarse y eso hacia al nudo aún más grande, lo suficiente como para hacer difícil el tragar.
¿Entonces para que el perdón si el daño ya estaba hecho? Esas crueles palabras dichas en ese momento, hicieron un monumental estrago dentro de mi y más por la boca de dónde vinieron. Pero así fue una y otra vez, hasta que llegamos a este punto.
Hay acciones y pensamientos que no se pueden borrar, ya están escritos, escuche una vez: "La vida se dibuja para no borrar". ¿Cederían la moral y la razón ante los inevitables impulsos? La batalla interna estaba llegando tan lejos, ¿Tenía que ser así?.
Si lo pienso con más detenimiento realmente las personas si te hacen más fuerte, y no solo las personas... Las situaciones también, la cantidad de barreras que puedes crear por el daño causando son incontables. Tanto que te miras a un espejo y no sabes ni quién eres, ¿A quién estás viendo? No eres la misma persona, te cuesta reconocerte, el cambio se volvió tan abrupto. Era como verte pero no sé sentirte, estar en otra dimensión. Los últimos meses solía llorar tan desconsoladamente pero luego dejaba de sentir, y comenzaba a disociar por muchísimo tiempo, miraba todo a mi alrededor pero no tenía pensamientos, no podía sentir ninguna emoción. No escuchaba ningún ruido y todo lo que observaba se veía diferente, estaba solo allí, existiendo.