No podía ser tan guapo.
Estaba con los demás chicos sentado en el chill out de Liv, tenía a un cubata en la mano y no paraba de reír con los comentarios que soltaban sus amigos. El soltaba alguno que otro, provocando risas entre ellos.
- ¿Te gusta, no? - dijo una voz femenina detrás de mi haciendo que casi se me cayera el cóctel. Era Sophia.
- Joder, que susto. - respondí.
- ¿Por mi aparición repentina o por preguntarte por ese señorito? - señalo directamente a Damian y mi pulso se aceleró como nunca.
Volví a beber de mi coctel.
Respira y expira, Maia.
Eso intento.
- Claramente te gusta. - se respondío Sophia a sí misma cuando me vio claramente alterada.
- No es que me guste, es muy atractivo. - murmure mientras lo seguía mirando desde la distancia. No me podía sacar su sonrisa de la cabeza.
- Lánzate , adelante. No tiene chica. - dijo Sophia.
¿Como tremendo hombre no tenía chica?
Dios santo, pero si es el cielo servido en bandeja.
- No nos conocemos. - murmure.
- Lo podríais hacer. - dijo con una sonrisa pícara.
- Pero es que - murmure. El era tan guapo y yo pues, solo era una más.
- Es que nada, vamos. - dijo mientras nos dirigimos hacía donde se encontraban todos.
Me senté al lado de Sophia, en un sofá de dos. Teniendolo a el en frente. Me quedé mirándolo y el a mi.
No aparte mi mirada de la de el.
El tampoco lo hizo.
- ¿Habéis traído bañador, verdad? - apareció Liv con un cóctel en la mano. Esto hizo que desconectamos miradas y el bebiera de su cubata algo incómodo.
Joder Livvie, para una vez que conseguimos algo.
Todo el mundo asintió.
- Os recuerdo que mi piscina esta climatizada eh. - exclamó Liv.
- No se hable más - gritó Jackson, se levanto y se quito la ropa, fue corriendo hasta la piscina tirandose de cabeza.
Todo el mundo se empezó a reír.
- ¿A qué esperáis - gritó.
Vi como Alex se tiraba la piscina incluso con ropa y empezaba gritar desde que estaba dentro de ella.
- Yo me voy a poner el bañador. - murmuró levantándome.
- Yo igual, lo tengo en la mochila que traje. - dijo Damian.
- Pues os esperamos aquí. - dijo Nikki mientras se recostaba en uno de los sillones del chill out.
Damian empezó a caminar hacia la casa. Le eche una mirada a Sophia y ella me transmitió ánimos desde lejos.
Suspiré hondo y empecé a andar.
Cuando entre en el interior lo vi agachado buscando en su mochila el bañador. Cuando lo encontró, se levantó y nos volvimos a encontrar con la mirada.
- ¿Sabes dónde me puedo poner el bañador ? - murmuró el tocándose el pelo.
- Um, puedes ir al baño. - murmure jugando con mis dedos, de repente sentía que el escote era demasiado grande. - está al lado de la cocina.
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La teoría de amarte
Ficção AdolescenteSupongo que las historias de amor no llegan a ninguna parte. Yo estaba perdida. Él estaba en su mejor momento. Somos todo lo opuesto en este mundo. O eso creía. ¿Te podré confiar mi corazón? ¿Podrás volverme a hacer sentir?