03 ;; Snake Eyes

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     —Una-... ¿Una serpiente, de cinco me-? ¿Cinco que, disculpe?

El sonido de las llantas del auto salpicando y chirriando contra un charco se escuchó. Las lluvias se habían apoderado de Nueva York en los últimos días.

La ciudad se encontraba sepultada en la oscuridad de la noche, las nubes agrupándose en el cielo nocturno y amenazando con volver a dejar la ciudad bajo el agua. Las farolas, dando una luz tuene a las calles, las cuáles se encontraban casi desiertas.

Una camioneta, con el símbolo de control animal grabado en uno de sus costados se detuvo enfrente de un callejón. Dos hombres bajaron de ella, ambos con una expresión de clara confusión mientras miraban hacia el callejón.

—Dicen que aquí fue vista —dijo uno, mirando a su compañero quién se había devuelto por las herramientas que iban a necesitar.

—Una serpiente, ¿Verdad?

—Si, pero... La mujer que llamó dijo que media cinco metros y medio, eso- es imposible, ¿No? Una serpiente así por estos lados-

—Quién sabe, tal vez sea de Australia.

—¿Aquí, en Nueva York?

—Puede ser.

La parte de atrás de la camioneta se abrió, y uno de los hombres entró para buscar lo necesario. El otro se quedó en espera de su compañero, mirando con cierto nerviosismo hacia el callejón.

Se sentía observado. Y no sabía si era cosa suya, o era alguna iluminación, pero desde el fondo del callejón vió un destello azul.

Raro.

—Hey, chico nuevo, toma —su compañero llamó y se giró, tomando el gancho herpetológico¹ que le extendía.

Ambos compartieron miradas con decisión y se adentraron al callejón. —Bien, hagamos esto rápido —dijo uno, avanzando a la par de su compañero. —Mira, ahí, quita esas bolsas. Empecemos a buscarla.

El otro asintió, acercándose hacia las bolsas de basura que su compañero había señalado.

—Levántalas un poco, tal vez este ahí abajo —continuó el otro, indicándole y siguiendo con su mirada todos sus movimientos.

Usando su gancho, tomo la bolsa y la levanto con cuidado, apartándola rápidamente y haciéndose a un lado.

Mientras hacían lo suyo, un trueno se escuchó a la distancia y pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer. Gruñeron a la par, mirándose con inconformidad y apurando sus movimientos.

La lluvia se hizo más fuerte con el pasar de los minutos, y el callejón era iluminado cada cierto tiempo por un relámpago. Uno de ellos gimió, olvidándose de ser cuidadoso y empezando a buscar a la serpiente de manera desesperada.

—¡Ah, aquí estaba la condenada!

El otro se acercó, viendo lo que parecía ser la cola de la serpiente, un leve siseo ahogado por la lluvia y los truenos se escuchó, confirmando que, en efecto, ahí estaba la serpiente. Ambos se pusieron ahora manos a la obra, el uno haciéndose a un lado quitando las bolsas y acercando el gancho a la cola, listo para tirar.

Cuando el gancho toco la punta de la cola esta se empezó a mover de manera violenta, las bolsas de basura que aún estaban sobre la serpiente y el siseo incremento.

—Ten cuidado, no parece estar muy contenta que digamos —murmuró el otro, retrocediendo levemente.

Su compañero asintió, empezando a levantar la cola con cuidado. Los movimientos de la serpiente se volvieron cada vez más violentos, y, mirando mejor, esos movimientos parecían ser ciertamente humanos.

𝐒𝐚𝐩𝐩𝐡𝐢𝐫𝐞 𝐁𝐥𝐮𝐞 | TMNTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora