Provocando

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Victoria

Mediodía, Mariana y Mauro estaban cocinando alguna pasta con salsa blanca. Yo estaba aburrida mirando a Lourdes usar el teléfono, es tan chula concentrada y frunciendo el ceño de vez en cuando. Me pare y me senté al lado de ella.

—Lourdes how are you?

—Bien.

— Ay que secota —sonreí y apoye mi cabeza en la mesa para mirarla.
Ella solo me ignoro y siguió con su teléfono.

Para hacerla enojar un poquito, empecé a hacer ruidos con mi boca. Sabia que le molestaba.

—Te podes callar un poco.

—Estoy aburrida Lourdisita.

— Y usa tu celu tonta.

— Úsame a mi mejor —hice piquito y ella me miro.

—¿Querés que te use? —levantó una ceja.

—Úsame como si fuera esa cosa —señale el aparato dispositivo.

— ¿Me decís en serio? —asentí —Mira que no hay vuelta atrás Maria Victoria.

—Hazme lo que quieras Lourdes, aunque seas blanca como la nieve —dije y ella se rió.

Era la primera vez que la escuchaba reirse tan lindo conmigo, era como un sueño cumplido.

Nos quedamos mirando, como si fuera una guerra de miradas, relamí mis labios y me senté derecho para observarla mejor, ella tenia su cabeza apoyada en una de sus manos, mirándome de una forma muy detallada.

— ¿Que me miras tanto? —pregunté sonriendo.

— Vos me mirás

—Ha desaparecido your bad face and pride —solté un rato despues de tantas miradas y sonrisitas.

— ¿A sí? —puso una mano en mi muslo y relamió sus labios subiendo una de sus cejas tan perfectas.

— S-si

— ¿Estas nerviosa Vicki? —apretó mi pierna.

— Me gusta cuando me llamas así.

— No respondiste mi pregunta —se acercó.

—What?

— ¿Are you nervous? —emboce una sonrisa al escuchar que me había hablado en mi segundo idioma. Su boca casi rosaba con la mía, su mano fue subiendo hasta el borde de mi pantalón.

No podía tenerla lejos, me acerque para besarla, para poder volver a sentir lo que una vez pasó, pero se fue alejando mientras yo buscaba su boca con los ojos cerrados ella puso sus manos en mis mejillas y yo en su cadera.

—Come on —abrí mis ojos rendida por buscar su boca y no encontrarla.

— ¿Que querés?

— Un beso —cerré mis ojos e hice pico, lo único que conseguí fue una risita.

Me levante de mi asiento rápido para acercarme a su boca, cuando mas cerca esta me agarraba de mis mejillas alejándome. Soltamos una risita divertida por lo que estaba pasando.

— Sos re cargosa, pareces una nena de cinco años jugando así Victoria.

— Yo solo quiero mi beso —me senté de nuevo.

— Me lo hubieras pedido antes Victoria—dijo ingenua, dejo un beso en mi mejilla y otra en mi frente.

— Falta aquí—señale mi boca.

Soltó una risa y negó con la cabeza para luego levantarse e irse a la cocina.

Ay bendito, que mujer mas bella tenia en frente mio.






















































































Lxs amooo

Ojos chinos; Young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora