Lo que sangra (La cúpula)

La cúpula

    Eras una extranjera proveniente de América del Sur y llegaste a los Estados Unidos alrededor de los años 2046 al estado de california junto a tus padres, para ese año apenas habías cumplido tus 3 años de edad, por lo que en general no recuerdas mucho realmente de tu país natal, más que el idioma por el cual tus padres se habían esforzado por enseñarte mientras te criabas a la vez hablando inglés, para cuando cumpliste 17 comenzaste a estudiar en la universidad, al salir fue complicado encontrar trabajo, actualmente, era 2071, tenías alrededor de 24 años y trabajabas hace por lo menos dos años que trabajabas para esta empresa cinematográfica. Conocías a Cooper, la estrella más buscada por Hollywood de esos tiempos que siendo sincera, lo amabas, pero dudaras que fuera algo real o siquiera posible, la tenía esposa y una hija, su vida de lujos y fama estaban muy lejos de terminar realmente y no planeabas ser tú la causante de la caída de aquel hombre tan perfecto. Aunque siendo obvios era más complicado que se fijara siquiera en alguien como tú, que era relegado a simplemente a atender las necesidades de los demás actores y gente del set.

Te sentaste con torpeza en el sofá apagando tu televisor observando tú, apenas comenzaba a salir el sol, parpadeaste unas cuantas veces antes de saltar de tu cama y correr al baño, a veces pensar cuando se trataba de tú cabeza era simplemente imposible callarla durante la noche o, mejor dicho, tu descanso de ocho horas y quizá mucho menos. La mañana de allí en más fue casi tan caótica como tus pensamientos en general, para cuando llegaste al set el asistente a productor te tomo del brazo para darte las quejas diarias y el lema, ya habían llegado la mayoría de trabajadores, pero el set aun parecía ser un revuelo, lograste escuchar algo que en realidad te revolvió el estómago "¿Cooper que?" Te preguntaste internamente, sintiendo algo de calor en tu pecho, no sabías si de la pena o algo más, hasta que llegó el hombre en la boca de todos, esta vez no era por ser propietario del sueño americano, sino de algo bastante desagradable en realidad, los cuchicheos seguían escuchándose, pero tu cabeza estaba en otra cosa.
En el set de la empresa cinematográfica, Cooper, la estrella más buscada de Hollywood, es el centro de atención por razones menos que favorables. Mientras intentas concentrarte en tus tareas, tu mente está llena de pensamientos y emociones encontradas. Cooper, un hombre que admiras desde lejos, pero sabes que está fuera de tu alcance, de repente parece más humano y vulnerable de lo que te habías imaginado, nunca habrías pensado que una situación así pasaría frente a tus narices, pero más que sentirte feliz o mucho menos, te sentías tan triste como el, se notaba que estaba afectándole y eso te dolía en el alma.
Cooper entra en el set, rodeado de murmullos y gestos de desaprobación. Intentas concentrarte en tu trabajo, pero tu mente está llena de preguntas sin respuesta y emociones confusas. ¿Qué habrá hecho Cooper para estar en boca de todos de esta manera? ¿Hay algo con respecto a esta noticia de lo que no se te haya mencionado? Cuanto menos, era curioso pero te generaba un repelús enorme ver el cómo tus compañeros de trabajo actuaban alrededor de aquel hombre amable y alegre pese a su rostro algo ¿pensativo?
Miras de reojo mientras él pasa, notando la tensión en su rostro y la manera en que evita el contacto visual con los demás. Una parte de ti siente compasión por él, incluso en medio de la confusión y la decepción que te domina ante su rostro entristecido.
Tratando de mantener la compostura, te concentras en tus responsabilidades, atendiendo las necesidades de los demás actores y el equipo de producción. Pero a medida que avanza el día, no puedes evitar que tu mente regrese una y otra vez a Cooper y a lo que esto podría significar para él, para su carrera y para su vida personal.
A pesar de tus propias dudas y miedos, una pequeña chispa de esperanza se enciende en tu interior. Quizás, solo quizás, podrías encontrar una manera de ser un apoyo para él en estos momentos difíciles. Aunque eso signifique estar a la sombra, lejos de los reflectores, tal vez haya algo que puedas hacer para ayudarlo a navegar por estas aguas turbulentas. Respiraste profundamente tratando de mantenerte firme.
Durante la tarde-noche golpeaste el tráiler con una estrella en la puerta, con el nombre "Cooper Howard" escrito en el, sosteniendo una taza descartable de cartón de la cafetería preferida de la estrella dentro de aquel pequeño pero relajante espacio dada la situación.

"Discúlpeme señor... soy yo, vi que estuvo algo deprimido hoy, le traje café de Googie... ¿¡Por dios, se encuentra bien señor Howard!?" Mencionaste mientras esperabas, al pasar los minutos viste al hombre, con aquel traje de vaquero con el rostro alborotado, dejando caer sus lágrimas, dejando la caja del café en el suelo, podías sentir tu pecho carece al verlo así, jamás hubieras creído que podrías presenciar algo de este calibre, cualquier emoción o alegría, aunque mínima que hayas sentido desapareció al verlo.
"Hey...eeh, ¿Cuál...era tu nombre?" Pregunto relativamente tarde tratando de limpiar del desastre de su rostro para que no lo vieras. "Recuerdo que era algo... raro ¿no?" Pregunto, su voz era totalmente distinta al hombre alegre que sonreía de manera coqueta ante las cámaras, era real y se estaba abriendo contigo pese a que prácticamente fuiste una desconocida alrededor de estos dos años.

Te sorprende que Cooper recuerde tu nombre, incluso si es solo de manera vaga. Él, quien parecía tan distante y ajeno a la realidad de los demás, ahora está frente a ti, mostrando una vulnerabilidad que nunca habrías imaginado.
"Me llamo...", dices con voz suave, sintiendo cómo las palabras fluyen con una facilidad que no esperabas. "Y sí, sé que es un nombre un poco extraño" soltaste tras una risa nerviosa por tu torpeza con respecto a tal situación tensa, pero agradable, era una faceta que Howard no le mostraba a nadie realmente.Cooper asiente con gesto ausente, sus ojos cansados buscando los tuyos en busca de consuelo o comprensión. Por un momento, el mundo parece detenerse a su alrededor, dejando solo el silencio compartido y la promesa de un entendimiento mutuo.
"No estás solo, señor Howard", dices finalmente, tus palabras resonando con una sinceridad que sorprende incluso a ti misma. "Estoy aquí si necesita hablar, o simplemente un hombro en el que apoyarse" al hablar pudiste escuchar tu voz temblando, estar frente a este hombre de esa manera, que se mostrara tan vulnerable era no solo algo que te shockeara si no que te afectaba de sobremanera. Él te mira con gratitud en sus ojos, y por un instante, sientes que el abismo que separa sus mundos se estrecha, dejando solo la conexión humana entre dos almas solitarias en busca de consuelo, el peso en el pecho de Cooper seguía pesando, pero con tu presencia logro sentirse más... tranquilo, sus problemas no desaparecieron, pero sentía que podrían si llegara a abrazarte.

(...)

Desde el exterior, el día parecía igual que cualquier otro en el set de filmación. Sin embargo, por dentro, mi mundo estaba en caos. La noticia que se había filtrado sobre mí estaba destrozando todo lo que había construido con tanto esfuerzo. Sentí el peso de la vergüenza y la humillación aplastando mis hombros mientras caminaba por el set, evitando la mirada de mis colegas y tratando de mantener la compostura, mi divorcio estaba en boca de todo mundo y eso no era nada más que frustrante, próximamente surgiría por qué y eso lo ponía más que ansioso, su carrera se derrumbaría como si fuera nada, tan desechable como eso, sin mencionar el que mi vida, la guerra y las bóvedas y lo demás no fue más que una simple farsa, un fiasco.
La sangre me hervía, pero a la vez estaba destruido, cuando fue que mi esposa, había cambiado tanto o quizás siempre fue así, y jamás lo note, a este punto no estaba seguro, pero lo que más me preocupaba era Janey.
A pesar de mis intentos por mantenerme firme, podía sentir la mirada de todos sobre mí, llenas de juicio y condena. ¿Cómo podía haber permitido que esto sucediera? ¿Cómo podría enfrentar a mi esposa, a mi hija, a mi equipo, a mis fanáticos, después de lo que había salido a la luz?
Entonces, cuando llegué al tráiler, la pequeña taza de café de Googie se destacaba como un faro de luz en medio de la oscuridad. Me detuve en seco al verla, sintiendo una oleada de emoción abrumadora al darme cuenta de que alguien se había preocupado lo suficiente como para hacer ese gesto por mí. Al abrir la puerta y encontrarme con aquella jovencita asistente, algo en mí se derrumbó. Su presencia era un bálsamo para mi alma atormentada, una chispa de humanidad en medio de la tormenta de la vergüenza y la desesperación. Aunque apenas la conocía, su compasión y su calidez me llegaron al corazón de una manera que no podía explicar.
"Me llamo...", comienza a decir, y su voz suave y tranquilizadora me envuelve como una manta reconfortante. Escucho cada palabra que dice con atención, asintiendo con gesto ausente mientras mis pensamientos luchan por encontrar coherencia en medio del caos emocional.
"No estás solo, señor Howard", sus palabras son como un faro en la oscuridad, una promesa de consuelo y apoyo en un momento de desesperación. Mis ojos se encuentran con los suyos, y en ese instante, siento una conexión profunda y poderosa que trasciende las barreras del tiempo y el espacio.
A medida que ella habla, siento un peso levantarse de mis hombros, una sensación de alivio y gratitud que nunca antes había experimentado. En ese momento, sé que, pase lo que pase, no importa cuán oscuro sea el camino que se avecina, no estoy solo. Y por eso, siempre estaré agradecido.