Novia Fugitiva

Capítulo 3

Lucien LaBouff

— ¿Puedo preguntarte algo? —ya habíamos llegado al piso y trataba de buscar la habitación por lo que no preste real atención a lo que decía— ¿Soy bonita? 

Me detuve, ¿Cómo rayos podía preguntar algo así? Esto era solo culpa de ese maldito mejor dicho del puto infiel y del maltratador.

— ¿Qué?

Quedé completamente en blanco, ¿Cómo ella podía llegar a cuestionarse algo así?

— Bueno yo... —la baje dejándola apoyada de la pared, ella se veía algo asustada por mi reacción.

Me acerque más a ella rodeándola con mis brazos para asegurarme que no se caiga.

— Señorita Davenport, usted es hermosa —solo era sincero, ella era una mujer muy hermosa, tenía lo que cualquier hombre desearía no solo en lo físico— y lo que ese infeliz le hizo no tiene que ver con su belleza 

— Gracias —ella agarro mi cabeza e hizo que me acercará a ella para luego besar mi frente 

Sentí como todo mi cuerpo comenzaba a arder con solo ese contacto 

— Vamos —balbucee mientras me apartaba para seguir buscando la habitación 

— ¡No puedo caminar! —pare justo cuando estaba frente a nuestra habitación me gire y vi a Alexandra tratando de sujetarse con dificultad de la pared 

— Cierto —corrí hacia ella volviéndola a tomar en brazos, mientras ella solo se burlaba de mi 

Entramos a la habitación y la dejé delicadamente en la cama, esperaba que por fin durmiera un poco, pero en vez de eso ella se levantó de la cama y comenzó a tratar de bajar el cierre de su vestido 

— ¿Qué hace? —le pregunté bastante aturdido 

— Quiero dormir

— Puedes dormir con ropa

Ella bufo y se detuvo por un momento 

— Es muy incómodo —decía mientras daba vueltas para intentar agarrar el cierre, en un momento se resbaló con la alfombra y la agarre justo antes de que ella cayera al suelo 

— ¿Está bien? —cuestione sin apartarme de ella

— Si, no alcance a golpearme.

Con cuidado ella se enderezó mientras poco a poco yo la iba soltando

» ¿Me ayudas? —,ella apunto a su vestido, solo asentí y ella me dio la espalda tomando todo su cabello 

— Tus dedos están fríos — se quejo con una pequeña risita nerviosa mientras dejaba caer su vestido

Me gire inmediatamente, para darle privacidad. Mientras trataba de pensar en otras cosas me era difícil no oír como se metia en la cama, al parecer el estar borracha la hacía más ruidosa

— ¿Alexandra...? —me volví a girar para ver si ya se había dormido, estaba en ropa interior tirada en la cama, la tape tratando de no moverla— Por fin se durmió

— Aún no —musito aún con los ojos cerrados—  tengo frío

— Ya te tape 

— Igual hace frio —se quejo

Dios parece una niña berrinchuda, ¿Por qué permiti que bebiera?

— Te voy a vestir —le advertí acercándome a la cama

— ¡No! —se levanto muy rapido y me quedo mirando unos segundos un poco desorientada —  ¿Me sacas el sostén? —parpadee varias veces para entender si había oído bien— me siento apretada